Aitana: Como sabes, Vera, me he metido a pensar en los problemas de Madrid desde una perspectiva feminista como consecuencia de mi participación en la candidatura Madrid Sí Puede para las elecciones al Consejo Ciudadano Municipal de Podemos. No había trabajado antes el urbanismo, pero me parece un tema apasionante e importante. Como en la candidatura estamos intentando tener un diagnóstico y alternativas para solventar los problemas de la gente, es fantástico que como feminista y experta en el urbanismo hayas aceptado esta conversación.
Vera: Genial, lo importante es que acertemos en el análisis y en las propuestas.
Aitana: Los sucesivos equipos de gobierno de Madrid han provocado muchos espacios segregados en general y, en concreto, espacios y mecanismos que afectan negativamente a la vida cotidiana y al proyecto vital de las mujeres madrileñas. Normalmente cuando se propone que la ciudad sea también una ciudad de las mujeres, se habla de seguridad, transporte y servicios sociales. Nos gustaría hablar también de vivienda, luchas sociales, medio ambiente y modelo económico como áreas prioritarias en las que un ayuntamiento puede y debe incidir para abrir espacios de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Por ello cabe preguntarse si las ciudades son espacios neutros para hombres y mujeres o ayudan a incrementar las desigualdades entre unos y otras según estén diseñadas y gestionadas.
Vera: La cuestión que planteas en mi opinión es relevante. Las ciudades son la plasmación física del sistema de poder y por ende del sistema patriarcal. Pero en ellas se dan algunos de los movimientos más emancipadores para las mujeres. La forma en que se diseñe una ciudad va a afectar a las mujeres específicamente, y temas como el urbanismo, el transporte, los servicios públicos o los espacios públicos deben estar enfocados desde el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres, haciendo que tengan un papel protagonista en el entorno en el que viven.
Aitana:El sistema patriarcal en la ciudad se plasma en diferentes manifestaciones, por ejemplo en cómo se mueven las mujeres por la ciudad. Podemos afirmar que hay formas distintas de movilidad de mujeres y hombres por increíble que parezca. Las causas son varias, unas de naturaleza laboral, otras por su papel en las tareas de cuidado de las personas de la familia que acorta su tiempo fuera del hogar y también porque, de media, tienen menos poder adquisitivo que los varones, lo que limita sus opciones al respecto.
Vera: Sí, sí, hombres y mujeres nos movemos de forma totalmente distinta. Las mujeres se han incorporado menos que los hombres al mercado de trabajo y la mal llamada crisis ha hecho que aunque haya más proporción de mujeres activas y el empleo sea aún precario. Este es solo uno de los motivos por los cuales las mujeres se desplazan menos que los hombres, pues hacen menos viajes por ir a trabajar. Sin embargo, la doble o triple jornada hace que su movilidad sea mayor. Mientras que los trayectos de los hombres son pendulares del tipo ida y vuelta al trabajo, algunos hasta y desde muy lejos en el área metropolitana, los trayectos de las mujeres suelen más ser en zigzag y de menor distancia, porque asumen la mayoría de las tareas reproductivas o de cuidados: ir a buscar a los/as niños/as al cole, ir a la compra, cuidar a la suegra, etc. Además las encuestas muestran, no solo en Madrid sino a nivel internacional, que las formas de moverse de las mujeres suelen ser más a pie y en transporte público que el de los hombres. Esto quiere decir, que las mujeres somos especialmente sensibles a atropellos como los cometidos con el Metro o con la EMT en cuanto a la reducción de frecuencias o que los pocos ascensores que hay del metro no funcionen, etc. Es más, la subida de los precios del transporte público de Madrid expulsa a personas usuarias que justamente son las más necesitadas de una movilidad no privada -es decir, coche- para buscar trabajo y hacer tareas que no pueden cubrir contratando ayudas externas. Además hay que tener en cuenta que la tercera y la cuarta edad están ampliamente feminizadas, con lo que hay que tener a la vista que si cercenamos formas de movilidad blanda como los autobuses estamos condenando a muchísimas abuelas a no poder acceder al recurso más básico, que es el de ir y venir por las calles de Madrid.
Aitana: Es una pena que el modelo de movilidad imperante, al que nos empujan los políticos, en Madrid sea tan contaminante, excluyente con las mujeres y basados en privilegios económicos.
Vera: Efectivamente es terrible. No solo nos estamos contaminando con el dióxido de carbono, sino que el de nitrógeno también está fuera de los límites permitidos. Nos estamos auto envenenando en nuestra propia ciudad.
Aitana: A pesar de que el hogar es el espacio asignado a las mujeres, no siempre podemos decir que sean las “dueñas” de ese territorio y, además, hay temas relacionados con la vivienda que afectan especialmente a las mujeres. Hemos visto que en las luchas contra los desahucios de viviendas hipotecadas o en alquiler, muchas mujeres han tenido en Madrid, y en otras ciudades, un papel muy relevante tanto en defensa de sus propios intereses como en actos de solidaridad con el vecindario. Digamos que en el espacio de la lucha por la vivienda digna la protesta se conjuga en femenino en mayor medida que en otros movimientos reivindicativos. Y participan mujeres que en muchos casos no han participado anteriormente en otras movilizaciones y con escasa conciencia y cultura política, pero sin embargo ahí han estado y están en primera fila.
Vera: Sobre vivienda hay muchos ejemplos que nos dicen que, más allá de lo inaccesible de la compra o el alquiler, el problema está siendo la falta de acceso a la misma y que se entra en un proceso de exclusión social a partir en muchos casos de desahucios que aumentan año a año. Ada Colau ha subrayado muy bien como la PAH es un movimiento eminentemente femenino, con muchas personas de base y muchas lideresas mujeres. En los procesos de desahucios son las mujeres las que suelen dar la cara. Entre otras cosas porque son las que llegan a situaciones más dramáticas. Primero, porque tienen menos medios económicos, menos salario o paro y su vinculación con el mercado laboral es más precaria. Y, segundo, porque siempre han sido las encargadas de garantizar el bienestar de los miembros de la familia. De hecho, históricamente y de forma global, en momentos de escasez hay muchas evidencias de hombres, pero no de mujeres que son el propio núcleo, abandonando el núcleo familiar. A lo que hay que añadir que se dan situaciones de violencia machista donde la vivienda se utiliza para ejercer maltrato por parte de exmaridos o exparejas: bien porque no quieren pagar la pensión, porque se oponen a la dación en pago simplemente para perjudicarlas o porque son demandantes de la orden de desahucio, etc.
Aitana: Uno de los componentes básicos de la nueva configuración y ordenamiento del territorio urbano en Madrid, como en la mayoría de las grandes ciudades de los países industrializados, es la privatización de los espacios públicos, la expansión de ciertas empresas hacia su zona inmediata para usar el espacio en beneficio propio dificultando el uso público y la aparición de formas ambiguas de espacios público-privados. En tu opinión ¿qué problemas y virtudes tiene el espacio público de Madrid desde la perspectiva de género y la perspectiva feminista? No me refiero sólo en términos de seguridad, sino también de apropiación de los espacios.
Vera: La seguridad para las mujeres de los espacios públicos viene dada por su diseño, por ejemplo la iluminación. Pero la seguridad también es subjetiva y es necesario hacer diagnósticos serios de itinerarios que las mujeres no hacemos y que constituyen fronteras invisibles que no traspasamos. Pero como dices no solo es un tema de seguridad el tener un espacio público funcional, sino que se trata también de fomentar el uso y la participación ciudadana a partir de un diseño interesante y que haga que a todas nos apetezca sentarnos o pasear. Parques y plazas deben ser ambiental y socialmente atractivos para las mujeres y, lo que es más, deben poder atraerlas a lo público como opción real, no como dictado que es imposible de hacer en la vida cotidiana. Y no estamos hablando de diseños de grandes arquitectos internacionales, que además de endeudarnos durante años no nos gustan, como el modelo Gallardón. Estamos hablando de instalaciones efímeras que posiblemente las propias vecinas y vecinos tienen claro cuáles son, como vienen demostrando repetidamente en cada uno de nuestros barrios a la hora de proponer pequeñas acciones y/o actividades que han hecho que espacios poco atractivos se hayan convertido en referentes para el vecindario y por ende para las mujeres del mismo. Pero Aitana, quería también incidir en un tema que desde luego no podemos pasar por alto: si las mujeres tienen un complicado acceso al espacio público, las personas trans y aquellas que no cumplen con los estándares normativos, se sitúan en los espacios públicos de una forma especialmente vulnerable. Una ciudad feminista, debe tener especial cuidado con este tema. En Vancouver, por ejemplo, existe un grupo de trabajo compuesto por el ayuntamiento y la sociedad civil sobre la mejora de los espacios públicos para este colectivo que realiza propuestas concretas de mejora que el ayuntamiento suele luego adoptar.
Aitana: Creo que podemos generalizar más aún. Los procesos de gentrificación y privatización del espacio público estigmatizan, marginan y expulsan de las áreas afectadas a todo tipo de sujetos frágiles pero también a personas “disidentes” y “heterodoxas” con respecto al sistema. Para eso están no solo la policía sino también el aumento de los agentes de compañías de seguridad privada que tienen en muchos países, incluido el nuestro, con crecientes funciones de policía. Lo que significa un proceso de privatización de funciones asignadas al Estado y otras administraciones públicas como las autonomías y los ayuntamientos.
Vera: Interesante lo que dices.
Aitana: Cambiando de tema, las políticas para combatir el déficit municipal acumulado por el gobierno de Gallardón ha sido una de las muestras más terribles de recorte del gasto social, del gasto público necesario por parte del equipo de Ana Botella. Las políticas de privatización de los servicios públicos y de la austeridad a costa de la ciudadanía han tenido un particular impacto en los niños y niñas y en las mujeres. Son muchos los ejemplos de políticas locales urbanas que han sido ejemplos de desaciertos en Madrid en las últimas décadas con especiales consecuencias sobre las mujeres.
Vera: Más que políticas, entiendo que lo que le está afectando negativamente a las madrileñas es la despolítica, es decir, la desinversión y el dejar de manos de políticos junto con el mercado las dinámicas urbanas. Entendemos que una ciudad participada es la solución y sobre todo una ciudad feminista donde tanto lo urbanístico como lo social tengan una mirada que intente promover un acceso igualitario para mujeres y hombres a los diferentes ámbitos.
Aitana: Vivimos en una ciudad en la que la “orografía” del asfalto pone enormes dificultades para la movilidad de las personas dependientes, por ejemplo los bebés, cuyos carritos en muchos casos no pueden pasar por las aceras porque no hay hueco, o es imposible bajar de las mismas para cruzar la calle porque toda la vía pública es un gran aparcamiento de vehículos y un gran atasco. Esas mismas dificultades las tienen la gente anciana y las personas adultas con dificultades de movilidad. En ambos casos la ayuda a esas personas las realizan muy mayoritariamente mujeres. Asimismo a la hora de las vacas flacas estamos viendo como los gobernantes se están desentendiendo de que funcionen bien servicios públicos como los comedores en los colegios, lo que es un crimen de lesa infancia. Por ello te propongo que reflexionemos sobre cómo afecta la organización, la gestión y las políticas de la ciudad sobre los cuidados de las personas dependientes en el más amplio sentido de la palabra.
Vera: Las mujeres seguimos haciendo trabajos de cuidados mayoritariamente y por encima de los que hacen los varones. En este sentido es muy importante que el ayuntamiento promueva directamente, pero también indirectamente, iniciativas que pongan el cuidado en el centro de la ciudad. ¿Esto en que se concreta? Lo primero y más claro son los servicios públicos de calidad y cercanos. Por ejemplo hemos visto como hace poco han salido a concursos guarderías del ayuntamiento para ser gestionadas por entes privados, con unos precios de salida que lo único que permiten es que sean empresas multinacionales como EULEN y otras similares las que tengan capacidad de licitar. ¿Qué saben ellas de cuidados? Mientras, se está echando a la calle proyectos de importante envergadura pedagógica y donde los padres y madres forman parte de la educación activamente. ¿Es ese el modelo que queremos? Otro ejemplo escalofriante es la centralización de los contratos de todos los comedores en grandes empresas de catering, bajo la idea que se ganará en eficiencia, pero lo cierto es que la calidad ha empeorado mucho. La buena alimentación de las niñas y los niños debe estar por encima de intereses mercantiles. Por tanto, servicios públicos de calidad. Pero además la capacidad de que las personas que cuidan puedan sentir que son claves en la ciudad y que sin ellas esta no marcharía.
Además con respecto a los servicios sociales de la ciudad, no podemos permitirnos que los estén infradotando y que no tengan perspectiva feminista, esa perspectiva que hace que las y los profesionales tengan puestas las gafas moradas para no errar en las intervenciones. Buenos ejemplos ya existentes de servicios con perspectiva feminista son los Espacios de Igualdad municipales. Y si toda esa red existente se refuerza, y se junta con una real apreciación de que Madrid es una ciudad cuidadosa con sus mujeres, podemos empezar a hablar de igualdad.
Aitana: Frente a la política especulativa neoliberal sobre la ciudad, frente a la ciudad que expulsa y margina al débil, frente a la ciudad excluyente de las mujeres, frente a la ausencia de participación ciudadana en las decisiones, la pregunta ¿por dónde empezar?
Vera: Para llegar a todo esto estaría interesante explorar la opción de hacer unos presupuestos con perspectiva de género como los hay en Reikiavik. Ese marco nos serviría para iniciar un debate sobre la ciudad de las mujeres. Es necesario comenzar a planificar como construimos y conectamos nuestra ciudad, para ello es fundamental la participación activa de las mujeres en esa planificación.
Aitana: Así que en nuestra ciudad se dan relaciones complejas con el territorio y la falta de planificación y políticas están afectando de forma especialmente negativa a las mujeres. El modelo de ciudad que nos han impuesto hasta ahora carece totalmente de una forma de aproximarse a los problemas locales viendo su especial impacto en las mujeres y otros colectivos no normativos. Pero en realidad sí hay formas de atajar esas desigualdades entre hombres y mujeres en Madrid y la participación ciudadana es una de las claves. ¡Cuánto trabajo nos queda por hacer el día que desalojemos al PP de nuestro Ayuntamiento para que la ciudad vuelva a ser “vivible”!
Vera: Eso es, pero estoy segura de que si nos empeñamos es posible lograr ese Madrid más vivible.
21/12/2014
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