La farsa tejida por el gobierno con objeto de desacreditar las Marchas de la dignidad, legitimar su Ley Mordaza y encubrir el empobrecimiento, rabia y creciente precarización social, ha tenido remate institucional durante la cuarta semana de abril.
Cosido, director general de la policía, transmitió a sus señorías la mendaz versión de los hechos dictada desde el ministerio del interior del reino de España.
Mediante un discurso de oficio, el súper de la policía remató faena, destituyendo al jefe de unidades de intervención policial en Madrid, J.Virseda al que cargó con el mochuelo, también desplegó panoplia de chamarilero (escudo roto, chaleco deteriorado…) y ofreció su “estadística” de destrozos e ingresos en urgencias médicas.
Cada capitulo, más penoso que el precedente. Ni bastaba con cesar a un mandao, ni cuelan ya los cachivaches (recordamos con mucha risa a Colin Powell agitando frasco de agua bendita y jurando que era “arma irakí de destrucción masiva”) ni sus estadísticas ofrecen credibilidad a quienes vivimos los acontecimientos en peligrosa primera fila.
A Cosido le salieron redondas las cuentas: 67 policías en urgencias y 34 manifestantes también ingresados. Pero bien sabemos que es costumbre falsear cuantía de ingresos policiales cuando median “ordenes de la superioridad”. Por el contrario, tiene que estar fatal (pero mucho) una víctima de las bandas armadas del desorden público, para que se arriesgue a hospitalización que suele ser prólogo de sanciones, multas y juicios.
Pero mire usted lo que son las cosas, al día siguiente de los hechos, los dos policías “más graves” ya habían solicitado el alta médica…y en el camino quedaron detenidos… y más detenidos en días posteriores además de los dos manifestantes que resultaron discapacitados por bala de goma (pérdida de ojo, pérdida de testículo). De los 32 ciudadanos ingresados en urgencias, no hemos sabido más.
En cuanto al “armamento” de los supuestos contendientes y sus “simetrías bélicas”…la patraña es completa: desaparecidas las “muletas asesinas”, también la guerrilla de 600 gaiteiros de Resistencia Galega y las imaginadas armas punzantes… solo queda contabilizable una micro-intifada, que tiró piedras frente a bandas excelentemente pertrechadas de las fuerzas de seguridad, dotadas de formación militar e impunes en su atropello a derechos cívicos porque “estaban de servicio”.
Del armamento empleado por las fuerzas policiales Cosido rememoró apenas 3 botes de humo (debían ser de racimo o atómicos…porque allí no había quien respirara), unas salvas de fogueo (mejor que las ahorren y sustituyan por avisos de megafonía) y 126 pelotas de goma. Si solo fueron 126, resultaron ser letales porque el porcentaje de dos jóvenes discapacitados en poco más de cien tiros, debería ser más que suficiente para retirar ese armamento peligrosísimo de la circulación y prohibirlo (salvo que algún “amigo” del ministerio de exteriores cuente con grandes inversiones en ese negocio, algo tan frecuente en “nuestra patria” que parece el único derecho adquirido que no borra ninguna reforma laboral).
Así que efectivamente, de aquellos polvos…estos lodos.
La reciente actitud de la Audiencia Nacional ante la demanda de extradición a Argentina del torturador Antonio Pacheco (alias “Billy el niño” en la policía política franquista) no deja lugar a dudas. A los verdugos que configuraron el soporte represivo de 40 años de dictadura militar fascista (y fueron millares que hoy están simbolizados
por Pacheco y el golpista-torturador, Muñecas) este nuevo estado policiaco-siglo XXI, la Audiencia Nacional les exime de cualquier responsabilidad, les considera amnistiados por ley de 1977 y aplaude los obsequios que les otorgaron aquellos demócratas de café (lo tomaran en Madrid, Berlín, París o Moscú) como fueron las “medallas al mérito policial” por los servicios prestados, honores que incluyeron significativas prebendas y subidas salariales a esos perros de presa o la actualización de titulos nobiliarios hereditarios, como en el caso de la familia Queipo de Llano (¡repugnante!).
La impunidad franco fascista (1975 abrió un tiempo de borrón y cuenta nueva que consolidaron la ilegítima Ley de Amnistía de 1977 y el aborto constitucional de 1978) se prolonga así en una impunidad permanente (asesinatos recientes cometidos por los Mossos, implicaciones entre redes policiales y narcotráfico, coberturas del terrorismo de estado, institucionalización legal del Estado Policíaco…desfalcos y corrupción en todos los frentes). Y mientras tanto, el “pequeño reino de España” sigue batiendo récord Guiness en “aforados”, en expolio sistemático de derechos, libertades, prestaciones y salarios. Para eso hace falta evidentemente que el régimen heredero de la dictadura, siga monopolizando los medios de desinformación, difundiendo falsedades sin rubor, ocultando verdades con silencios y desarrollando lo que menos falta nos hace a los más: mucho ejército, como fuerza de disuasión interior y muchas fuerzas de seguridad (nueva policía política infiltrable donde haga falta, policías locales “reversibles” y esos gigantescos samuráis a los que llaman fuerzas antidisturbios)…y sobre todo ¡carta blanca, mucha carta blanca!
Hasta que acabemos con esto que no merece mantenerse piedra sobre piedra.
A. Puig (ex preso político del franquismo-LCR)
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