Por fin el Diario de Burgos nombra las
agresiones homófobas en espacios públicos en Burgos. Pero lo hace de la peor
forma posible. La iniciativa parte de la denuncia de Rodrigo, un chico de aquí,
que se ha atrevido a dar la cara allí donde muchos callan
por miedo a represalias.
Tampoco
confían en que vayan a ser tomados en serio por la policía, y tienen razón
porque la policía de Burgos ha demostrado hace muy poco hasta qué punto es
tolerante con la violencia. Obviamente hay de todo, pero sabemos que nunca han
estado al servicio de minorías o no tan minorías que sufren en sus carnes la
violencia ultraderechista y homofóba o racista, sobre todo como consecuencia
del aumento de la llamada “crisis” que limita los espacios de ocio, aunque en
Burgos no ha habido nunca ningún tipo de política social dedicada al colectivo
LGTB, pagando el precio de la invisibilidad o de las aparentes buenas
intenciones del o en este caso la oportunista de turno.
Magnifica
la iniciativa de denunciar pero el enfoque de la misma hace gala de una miopía
social, una falta de sensibilidad y una pereza mental sin parangón. No se
asocia la violencia contra el colectivo LGTB (que aumentado, con muertes
incluidas, en todo el Estado Español) con otros aspectos sociales causados por
recortes de libertades y visibilidad. También desactiva el contexto y sobre
todo niega que sean gente de extrema derecha sino que afirma alegremente que
son jóvenes que toman sustancias. El clientelismo de la derecha de algunos
jóvenes LGTB me colapsa la interpretación, aunque los jóvenes LGTB de
izquierdas tampoco lo tienen fácil en sus ámbitos hasta hace muy poco. Porque
si alguien dice “maricones, sois lo peor” su ideología es claramente machista y
fascista. Conozco mucha gente que toma sustancias y no se transforma en
homofóba, más bien al revés. Lo de jóvenes desocupados vuelve a cargar las
espaldas de la responsabilidad sobre la juventud en vez de aludir a donde y
como han oído esos insultos y donde han visto esa forma de actuar, o de
consentir.
Refugiados
en la impunidad que da el miedo se han encontrado con un chico valiente pero
que no dice toda la verdad sobre la difícil realidad social del colectivo LGTB
en Burgos y, sobre todo, se ha puesto al servicio de una periodista que va de
“progre” pero no hace más que apuntarse tantos a consta del sufrimiento ajeno y
que además siempre respalda lo institucional, salvando la cara de médicos,
policías y por supuesto, de sus colegas de profesión. Es posible que si estos
chicos hubieran dicho que fueron atacados por neonazis o que la policía mas
bien pasó de ellos nunca hubieran aparecido en el DB. Pero es que hay otros
medios, otras voces y otros ámbitos.
Aunque me parece bien que desde este blog denuncieis las agresiones,creo que el tono de la crítica es demasiado duro por parte del autor: yo he leido la noticia del diario y la verdad; no me parece tan mala...
ResponderEliminarSalvador
Muy buenas Salvador,
ResponderEliminarEn IA gustamos de proporcionar espacios para que l@s compas LGTB se expresen públicamente como ellas crean conveniente, e intentamos aportar nuestro granito al movimiento, denunciando las agresiones y la represión sexual, por ejemplo. Si ha sido duro, quizás sea porque es un militante histórico LGTB, y de izquierdas por supuesto, que conoce en profundidad el tema. Edu lo sabrá, nosotras no pedimos explicaciones por "tonos demasiado duros" o formalismos.
Saludos.