En los últimos años el sistema capitalista ha mostrado una voracidad sin precedentes. Los pasos eran claros. Se trató de desprestigiar a los emplead@s públicos en su conjunto como vag@s e indolentes, por lo mismo que en muchas grandes empresas hace un sector minoritario de trabajador@s. La solución era privatizar.
Se trató de desprestigiar los servicios públicos esenciales (sanidad, educación y asistencia social) que debían de ser sufragados por los impuestos de l@s ciudadan@s según su poder adquisitivo para ser universales, gratuitos y de calidad. Se decía que eran caros y peor calidad que los privados. Solución: poder contratar y privatizar. Y efectivamente, privatizados, eran más baratos, pero a costa de tener trabajador@s con menos salarios, peor formación y carentes de derechos.
Cuando estalla la crisis del sistema capitalista, resulta que la culpa sigue siendo de los trabajadores y mientras, se siguen desprestigiando y empeorando las condiciones y derechos laborales con sucesivas reformas laborales auspiciadas por los partidos que sustentan el sistema (PSOE y PP) que convierten el trabajo en más precario, con menos derechos y es más fácil el despido.
Como hay contestación sindical el objetivo es desprestigiar a los sindicatos, decidiéndose qué están formados por muchos liberad@s burócratas, vagos y desgajados del contexto social y productivo, que al igual que los partidos políticos son instrumentos del sistema ya que reciben enormes subvenciones. Aunque esto pueda ser cierto en muchas ocasiones y casos, lo que quedaba en total desprestigio eran dos de los pilares básicos de cualquier democracia (la organización y participación política o sindical que son independientes del control de los poderes).
La crisis que han creado las grandes empresas financieras y bursátiles, de forma especulativa y los gobiernos (PSOE y PP) favorecedores de una política especulativa y no creadora de riqueza productiva, afecta al conjunto de la población.
Una vez más la respuesta del poder no ha ido en mejorar un sistema para que sea más justo y equitativo. Muy al contrario: subida de impuestos, reformas laborales con más desprotección para los trabajadores, privatización de gran parte de los servicios públicos con subcontrataciones que dan peor calidad a los ciudadanos, copago de parte de los servicios públicos, nuevos impuestos a la energía, rescates a quien han generado la crisis (banca, constructoras, etc.).
La respuesta social ante el desprestigio que tienen los partidos y sindicatos es asamblearia y movilizadora en la calle, pero aún de forma inconexa y sin objetivos y con acciones clara (que empezó con el 15-M pero que no ha decaído. La Plataforma de Afectados de la Hipoteca (P.A.H.), las “mareas” verde, naranja, o blanca en defensa de los servicios públicos, van logrando resultados, a pesar del temor de los poderes (mayor presencia policial, más contundencia en la actuación policial, detenciones, intentos de identificar a los que se movilizan con los terroristas, etc.).
El sistema sigue estando nervioso. Se quiere que bajen más los salarios, cosa que ya ha sucedido desde las últimas reformas laborales que ven como, los trabajadores han bajado su salario por miedo a ser despedidos. Pero eso no ha impedido que nos plantemos a final de año con casi 7 millones de parados (la reducción estival es temporal y de peor calidad), que el crecimiento económico del estado sea de 0 o baje a un punto incluso, que haya casi 10.000.000 de pobres o en exclusión clara social, que hayan aumentado los concursos de acreedores y cierres de empresas de forma exponencial.
Lógicamente si el PP y la CEOE apoyaron estas medidas. Los segundos planteándolo en la negociación de los convenios. Esta idea del F.M.I. supondría una vuelta de tuerca tan brutal una población desanimada, pero que no ha estallado violentamente aún, aunque cada vez lleva peor tanto reajuste y disminución de derechos.
Por eso la patronal que en el fondo está de acuerdo y viendo la debilidad y el desprestigio sindicales reflejado en las huelgas generales y en las negociaciones a la baja, a los que hay que añadir la situación de los ERE´s en Andalucía, ya apunta otras medidas que buscan los mismo que el FMI, que es empeorar las condiciones laborales de la mayoría de la población. Las justifican diciendo que el mercado laboral español es muy rígido, cuando el PSOE y el PP lo llevan flexibilizando décadas con sus reformas laborales.
En primer lugar la patronal planea sustituir los contratos a tiempo completo por parciales para “evitar despidos objetivos”. Es decir contratos de 40 horas semanales por contratos de días y horas para que se aplique el despido por necesidad de organización de las empresas, de producción o de pérdida (disminución) de beneficios. Es decir, esta propuesta señala que la patronal unilateralmente puede contratar y despedir cuando quiera y como quiera. Esto sencillamente va en contra de la normativa de la Organización Internacional del Trabajo que dice que es voluntaria esta forma de aplicar la contratación sobre que l@s trabajadores puedan trabajar más de las 8 horas diarias, rompiendo la patronal una decisión que luego además pueden o no compensar con dinero (casi nunca) o con tiempo libre cuando la patronal quiera mandar hacer las horas y plantear la compensación en descansos. Incluso a l@s trabajadores se les puede aplicar esta compensación cuando no estén trabajando.
Hay que recordar que en caso de pagarse las horas extraordinarias, el coste es menor para las empresas.
La tercera medida es que se sustituya el contrato de formación por el de inserción que es más barato y da más facilidad de despido. Siendo más barato y sin la rigidez laboral, la patronal pueda poner la jornada y el salario que quiera al ser más flexibles.
Esta normativa que plantea la CEOE dinamitará cualquier legislación laboral, puesto que l@s trabajadores en la práctica ganarán menos, estarán sometidos a las planificaciones de contratación y despido que organicen las empresas y aunque formalmente garanticen los derechos laborales, la negociación colectiva podría cambiar las condiciones llegando a la explotación e inseguridad laborales que tendrían l@s trabajadores con esta nueva normativa. Todas las decisiones laborales quedan en la práctica en manos de las empresas.
Si ya ha caído la calidad de vida de l@s trabajador@s que es la mayoría de la población al pagar por servicios públicos que antes no pagaban, al pagar más tasas e impuestos, al aumentarse las facturas de servicios esenciales (luz, agua, teléfono, etc.), con estas medidas patronales se entraría en una grave situación de precariedad social con caída del consumo aún más radical que la que se viene produciendo..
Da la sensación de que la CEOE, la gran patronal, orienta sus propuestas no para reactivar el mercado interior, sino para que los grandes beneficios empresariales vengan de la exportación y solo mejoren las cifras del crecimiento del estado a costa de la vida de la mayoría de la población. En definitiva, se trata de aplicar un modelo chino o de los “tigres asiáticos”, donde los beneficiados son del estado de las élites empresariales y las élites políticas y sociales, cayendo aún más el nivel de vida y consumo de la enorme mayoría de la población.
Izquierda Anticapitalista.
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