Un día como hoy hace 44 años se producía la revuelta de Stonewall. Hoy queremos conmemorar y celebrar aquella protesta contra una sociedad heteropatriarcal asfixiante y criminal que nos impide vivir nuestra sexualidad, nuestra identidad y nuestros cuerpos en libertad. Pero sobre todo queremos dejar claro que esa lucha sigue de plena actualidad y que tenemos que continuar batallando por una sociedad libre de opresiones sexuales, que termine con un sistema sexual impuesto que encadena nuestras vidas. Las luchas LGTBI han conseguido en los últimos años muchos avances, logrando visibilizar lo diferente, conquistando derechos y espacios antes monopolizados por la heterosexualidad obligatoria y por un modelo de género dicotómico y patriarcal. Pero queda mucho camino por recorrer.
No se puede entender el confusionismo político alrededor de la cuestión del Partido de la clase trabajadora sin empezar por el derrumbe de la Unión Soviética y de todo su entorno de “democracias populares”. La caída de la URSS arrastró consigo a toda la izquierda existente, no sólo al stalinismo. Si bien la Unión Soviética era un Estado socialista muy deformado, por estar gobernado por una casta burocrática que obstaculizaba el desarrollo del socialismo, era un punto de referencia para millones y millones de trabajadores que, con todos los matices pertinentes, la veían como el producto de la Revolución de Octubre. Pero no sólo en el imaginario político de millones de trabajadoras y trabajadores influía la URSS ya que sin ella es imposible entender la victoria del Vietnam de Ho Chi Minh sobre el ejercito estadounidense y la importancia del Movimiento de Países No Alineados.