Las recientes estadísticas sobre empleo llenan de satisfacción a un gobierno en frenética búsqueda de lo que su portavoz, señora de Cospedal, califica de
“tendencias positivas”, tendencias sin embargo imposibles de encontrar salvo en los machacones ecos de su discurso. De modo que según los nuevos datos y estando ya por debajo de los cinco millones de desempleados, la receta es paciencia, sentido de estado y serena negociación, ya que por suerte ¡todo irá bien!
Sin embargo, cuando estadísticas moldeables como el chicle se solapan a dramáticas realidades muy visibles y la propaganda sustituye al rigor, no cabe otra que denunciar, proponer objetivos y animar la movilización social para imponerlos en todos los ámbitos.
En eso estamos en Burgos las gentes de Izquierda Anticapitalista.
En la provincia de Burgos según los datos oficiales de marzo, es decir anteriores al pequeño milagro hostelero de Semana Santa, el desempleo afectaba a 33.614 personas, es decir 2.551 más que en marzo de 2012. Evidentemente, esos datos no computaban los más de 5.000 jóvenes que emigraron, también el pasado año, en búsqueda de alguna tarea remunerada… La tendencia negativa era pues tan clara en marzo como en estos días en que el declive se evidencia como creciente brecha social.
Si quienes hoy ocupan la Casa Consistorial siguen, como es previsible, haciendo oídos sordos a la catástrofe de los más, será, precisamente “con los más” con quienes seguiremos trabajando para crear las condiciones del radical relevo de orientación política y ediles el próximo 2015.
Estancada en la práctica la lucha contra el paro y la precariedad, creemos que las soluciones desbordan ampliamente las lógicas del regateo pragmático y el culto a la gobernanza y, que es también la institución municipal, la que está moral y políticamente obligada a cambiar el actual rumbo.
Necesitamos para ello un Ayuntamiento decidido a crear las necesarias Empresas Municipales en los sectores de equipamiento y servicios y un Ayuntamiento que amplíe las contrataciones temporales directas, desobediente pues a la ideología de las subcontratas que encarecen el gasto social a costa del beneficio privado y la precarización del trabajo.
Necesitamos un Ayuntamiento desobediente, capaz de proteger a las mujeres y hombres en paro no solo eximiéndoles del pago de tasas e impuestos, sino adoptando medidas de emergencia y apoyo mediante la cobertura, siempre que sea necesario, del pago de alquileres e hipotecas y favoreciendo el uso gratuito por los parados de todos los transportes públicos.
También, porque defendemos el acceso a la cultura como un derecho del ciudadano (no del “cliente”), es imprescindible que se garantice el libre acceso de los desempleados a todas las actividades culturales y recreativas programadas en los Centros Cívicos Municipales.
Poe eso hace falta un Ayuntamiento participativo y abierto, capaz de crear un Servicio Municipal de Empleo en permanente ósmosis con los sindicatos -con todos los sindicatos- y las asociaciones ciudadanas. Un Servicio Municipal de Empleo que cense, conozca y se dote de una bolsa de trabajo operativa.
Efectivamente pues, un Ayuntamiento rupturista e instituyente, en desconexión con la soga de la deuda y capaz de redefinir su política fiscal y su autonomía financiera, un Ayuntamiento austero, ajeno a la contratación de asesores externos y que de por concluída la autorregulación salarial de los electos, autorregulación que crea enormes agravios comparativos en este despiadado contexto de contrarreforma laboral permanente.
Si quienes hoy ocupan la Casa Consistorial siguen, como es previsible, haciendo oídos sordos a la catástrofe de los más, será, precisamente “con los más” con quienes seguiremos trabajando para crear las condiciones del radical relevo de orientación política y ediles el próximo 2015.
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