El bulevar ferroviario ha resultado ser una más de las chapuzas y la resolución del problema ferroviario de la ciudad ha sido un desastre.
Durante décadas el ferrocarril fue un problema para la ciudad. No solo la dividía, sino que además su peligrosidad generó gran cantidad de muertes, ya que atravesaba la ciudad por la zona sur, provocaba enormes retrasos, ya que desde la bajada de barreras hasta que se producía el paso, llegada o salida de trenes suponían una desesperante falta de tiempo.
Tras años de protestas e incluso rebeliones ciudadanas en las vías, llegó la propuesta del desvío del ferrocarril, en medio de la disyuntiva de desvío o soterramiento.
Pero en ese momento se gestó otra chapuza más.
La estación salió fuera de la ciudad a un lugar alejado de todas las partes de la ciudad y mal comunicada por autobús donde las líneas son infrecuentes. La consecuencia es la pérdida gradual y progresiva de viajeros y de líneas o itinerarios; en un momento en que los gobiernos del PSOE y del PP apuestan con claridad y práctica exclusividad por el AVE, olvidando el desarrollo e impulso de líneas de corto y medio recorrido hacia puntos de destino de nuestra comunidad, de Madrid, de Euskadi, etc. Ni que decir tiene, que el transporte de mercancías que alguna vez hace más de 10 años pretendía el gobierno central, entonces del PSOE, para fomentar el transporte ferroviario, reduciendo el de carretera mucho más contaminante, ha quedado en el fondo de los cajones de no se sabe qué ministerio u organismo del estado.