Por Víctor Atobas
Diario de Burgos publicaba un interesado balance
sobre el Hospital Universitario (1). Según este rotativo, los
gestores andaban en lo cierto cuando aseguraban que 744 plazas hospitalarias
eran suficientes, aun cuando los críticos argumentábamos que la población había
crecido y que el nuevo hospital albergaría servicios pertenecientes al Divino
Vallés. Las dotaciones del HUBU, según DB, son suficientes; reduciéndose el 4%
de los ingresos y el 7% la estancia media, por qué incrementarlas. Pero estos
periodistas, pagados por PROMECAL, obvian la realidad, reduciéndose a recoger
la versión de gestores y directores médicos.
Deberían haber preguntado a quienes nos hemos
pasado horas y horas en urgencias; la sala atestada de personas cabizbajas, cinco,
seis, siete horas, ni se sabe. Quienes se han marchado del hospital con un alta
prematura y han vuelto, poco tiempo después, habiéndose agravado su dolencia,
tampoco han sido preguntados. Diario de Burgos ofrece una versión interesada
que no corresponde con la impresión que tengo como enfermo crónico. Carmen
Rodríguez, directora médica, afirma que el HUBU no es un hospital para enfermos crónicos, explicándome por qué
quieren retirarme el tratamiento hospitalario. Gracias por su sinceridad;
supongo que no soy rentable. La sanidad pública, como derecho fundamental, no
puede gestionarse como ustedes pretenden, no hablen de rentabilidad cuando se
trata de la vida y la salud de las personas.
El modelo de gestión del HUBU se fundamenta en
seleccionar a pacientes, esto es, quienes son rentables y quienes no; suelen
englobar a ancianos y enfermos crónicos en el último grupo. Cuadrar los
balances y las altas rápidas, que la
planta se encuentra sin habitaciones libres, objetivos claros de una selección
que se orienta a enfermos agudos, que reciben un tratamiento acortado en el
tiempo, menos costosos que los tratamientos por cáncer, enfermedades crónicas,
más baratos que una operación a una anciana, o que ingresarla en la UVI.
H. Jiménez escribe en Diario de Burgos: Traducido al lenguaje llano, los gestores
buscan que quien ingrese lo haga cuando lo necesite y por el tiempo que sea
estrictamente necesario. El problema se encuentra cuando, utilizando
incentivos o presiones dirigidos al personal médico, este es “demasiado
estricto” en lo referente al tratamiento de ciertos pacientes, puesto que,
además, algunos servicios no cuentan con el personal que requieren. En la
planta en que fui ingresado pude interesarme, gracias a las impresiones del
personal médico, enfocadas también a falta de enfermeras y auxiliares, por el
estado del hospital. Aseguraban que, uno de los peores momentos, solía
producirse durante la noche; si se producían varias intervenciones, admitían no
dar abasto.
Citando DB: Sorprende
que en una población cada vez más envejecida y por tanto con más propensión a
enfermar haya menos ingresos. Lo que sorprende es que el periódico plantee el
problema como una “sorpresa” que no cuenta con una explicación racional y
lógica. Desde el principio, el HUBU ha servido como experimento de gestión
privatizada dentro del modelo neoliberal que estudian y desarrollan comunidades
como La Mancha, entre otras.
El balance del HUBU durante 2013; sin lugar a
dudas, negativo. A pesar de que l@s afectad@s por los recortes
somos constantemente silenciados, la evidencia resta toda la credibilidad a la
manipulación de Diario de Burgos y PROMECAL, que sugiere que la reducción de
los ingresos y las altas médicas no responden a rentabilidad económica, sino de eficiencia (2). Un
dato que obvian respecto al Yagüe es que la tasa de mortalidad ha aumentado, supongo que, para quienes gestionan nuestra
sanidad, esto también será una “sorpresa” inexplicable.
NOTA:
1. El HUBU reduce un 4% los ingresos y un 7% la
estancia media respecto al Yagüe: Diario de Burgos (5/1/2014).
http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZBA125CB8-ADB1-F7A5-DDB1D91111D64BB8/20140105/hubu/reduce/4/ingresos/7/estancia/media/respecto/yague
2. En palabras de Carmen Rodríguez, directora
médica del hospital: Esto no es una
cuestión de dinero sino de eficiencia.
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