Es muy conocida la política del Partido Popular ante la radio y la televisión de todas las valencianas. Desde hace muchos años han convertido un servicio público en un aparato de propaganda del que se han aprovechado para difundir una realidad distorsionada al conjunto de la sociedad valenciana sobre el que ocurre en el País Valencià. La RTVV ha sido asediada políticamente, censurada y fue un medio de españolización de nuestro País.
Sin embargo, se está desmantelando un servicio público valenciano que, como todo servicio público, tiene el objetivo de garantizar un derecho fundamental de nuestro pueblo, en este caso, el derecho a la información sobre nuestro país y el derecho a disfrutar de un medio de comunicación en nuestra lengua. Si RTVV desaparece, ningún medio de comunicación privado podrá sustituirla.
De este modo, el Gobierno ha jugado con un derecho de los valencianos y valencianas para modelarlo a su imagen y semejanza y, ahora, como un niño que se cansa de su juguete, decide cerrarlo. Comportamiento que podemos calificar como una verdadera “pataleta”, después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano rompiera su costumbre de “hacerle el juego” al Consell y declarara nulo el ERE que querían imponer ilegalmente a las personas que trabajaban en RTVV. Un ERE que se aprobó el pasado enero de 2012 para despedir a más de 1.200 trabajadoras y trabajadores, casi la mitad de la plantilla del ente público, con la única intención de hacer al grupo de comunicación rentable para venderlo.
Pero la gestión de RTVV todavía ha sido mucho peor de lo que puede parecer en principio. Se ha derrochado dinero de todas en la retransmisión de grandes acontecimientos que no eran de interés general, como los 22 millones en el mundial de F1 u otros 11 millones en la visita del Papa. Gastos que tan sólo se justifican con intereses políticos partidarios, propias del clientelismo habitual del Gobierno y que se agravan con la contratación de personal sin imparcialidad y la externalitzación de las producciones a empresas privadas que las elaboraban de peor calidad y mucho más caras. Es por eso que incidimos en la necesidad de una auditoría ciudadana de la deuda de la Generalitat Valenciana que esclarezca el dinero que las valencianas no tienen que pagar por esta mala gestión.
Todo esto es el que han denunciado los trabajadores y trabajadoras de RTVV cuando han tomado la emisión de Canal 9 para autogestionar la programación especial de cierre. En este sentido han criticado y pedido disculpas por la manipulación informativa que se hacía desde este medio. Esto nos ha devuelto la esperanza y la ilusión en que es posible una radio y televisión valencianas públicas, de calidad, imparciales y en catalán.
Esta situación se dio también en Grecia, donde el Gobierno, bajo el mandato de la Troika, decidió cerrar la radio y televisión públicas, ERT. La respuesta de las profesionales que trabajaban fue ocupar el canal de televisión y continuar la emisión de una forma autogestionada. El viernes 8 de noviembre, en Grecia, la policía desalojaba los trabajadores que se encontraban todavía dentro de la emisora central en Atenas, mostrando así el tremendo miedo que los gobiernos capitalistas tienen a la autogestión de la gente trabajadora y a una información realmente libre. Aun así, las emisiones de ERT se mantienen gracias a que la ocupación continúa en otras emisoras como la de Salónica.
La vida de la RTVV no es una cuestión de eficiencia económica. Bajo el control social, una RTV pública es una herramienta de promoción de nuestra lengua y cultura, así como de análisis crítico de la realidad al servicio de la gente trabajadora y de la ciudadanía.
Exigimos la rectificación del Gobierno valenciano y la depuración de responsabilidades, pero también animamos a los trabajadores y trabajadoras de RTVV a seguir con su lucha y a continuar la ocupación y la autogestión del ente público. Sólo de este modo las valencianas podremos tener una radio y televisión al servicio de nuestro pueblo, la información veraz y la cultura popular, que aprovechamos para reivindicar una vez más. Ni se tiene que permitir el cierre de RTVV ni éste tiene que ser la excusa para una posterior privatización, proyectada desde hace tiempo por el PP.
Por estas razones, apoyamos a la convocatoria de manifestación en Valencia, Castelló y Alicante el próximo sábado, 9 de noviembre, a las 18:00 horas.
No al cierre de la RTV valenciana
Apoyemos a las trabajadoras de la RTV Valenciana
Por la defensa de nuestra lengua y cultura
Por una RTV Valenciana 100% pública, autogestionada y bajo control social.
Pagamos los servicios públicos, No pagamos la deuda ilegítima.
Dimisión del gobierno valenciano
Sin embargo, se está desmantelando un servicio público valenciano que, como todo servicio público, tiene el objetivo de garantizar un derecho fundamental de nuestro pueblo, en este caso, el derecho a la información sobre nuestro país y el derecho a disfrutar de un medio de comunicación en nuestra lengua. Si RTVV desaparece, ningún medio de comunicación privado podrá sustituirla.
De este modo, el Gobierno ha jugado con un derecho de los valencianos y valencianas para modelarlo a su imagen y semejanza y, ahora, como un niño que se cansa de su juguete, decide cerrarlo. Comportamiento que podemos calificar como una verdadera “pataleta”, después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano rompiera su costumbre de “hacerle el juego” al Consell y declarara nulo el ERE que querían imponer ilegalmente a las personas que trabajaban en RTVV. Un ERE que se aprobó el pasado enero de 2012 para despedir a más de 1.200 trabajadoras y trabajadores, casi la mitad de la plantilla del ente público, con la única intención de hacer al grupo de comunicación rentable para venderlo.
Pero la gestión de RTVV todavía ha sido mucho peor de lo que puede parecer en principio. Se ha derrochado dinero de todas en la retransmisión de grandes acontecimientos que no eran de interés general, como los 22 millones en el mundial de F1 u otros 11 millones en la visita del Papa. Gastos que tan sólo se justifican con intereses políticos partidarios, propias del clientelismo habitual del Gobierno y que se agravan con la contratación de personal sin imparcialidad y la externalitzación de las producciones a empresas privadas que las elaboraban de peor calidad y mucho más caras. Es por eso que incidimos en la necesidad de una auditoría ciudadana de la deuda de la Generalitat Valenciana que esclarezca el dinero que las valencianas no tienen que pagar por esta mala gestión.
Todo esto es el que han denunciado los trabajadores y trabajadoras de RTVV cuando han tomado la emisión de Canal 9 para autogestionar la programación especial de cierre. En este sentido han criticado y pedido disculpas por la manipulación informativa que se hacía desde este medio. Esto nos ha devuelto la esperanza y la ilusión en que es posible una radio y televisión valencianas públicas, de calidad, imparciales y en catalán.
Esta situación se dio también en Grecia, donde el Gobierno, bajo el mandato de la Troika, decidió cerrar la radio y televisión públicas, ERT. La respuesta de las profesionales que trabajaban fue ocupar el canal de televisión y continuar la emisión de una forma autogestionada. El viernes 8 de noviembre, en Grecia, la policía desalojaba los trabajadores que se encontraban todavía dentro de la emisora central en Atenas, mostrando así el tremendo miedo que los gobiernos capitalistas tienen a la autogestión de la gente trabajadora y a una información realmente libre. Aun así, las emisiones de ERT se mantienen gracias a que la ocupación continúa en otras emisoras como la de Salónica.
La vida de la RTVV no es una cuestión de eficiencia económica. Bajo el control social, una RTV pública es una herramienta de promoción de nuestra lengua y cultura, así como de análisis crítico de la realidad al servicio de la gente trabajadora y de la ciudadanía.
Exigimos la rectificación del Gobierno valenciano y la depuración de responsabilidades, pero también animamos a los trabajadores y trabajadoras de RTVV a seguir con su lucha y a continuar la ocupación y la autogestión del ente público. Sólo de este modo las valencianas podremos tener una radio y televisión al servicio de nuestro pueblo, la información veraz y la cultura popular, que aprovechamos para reivindicar una vez más. Ni se tiene que permitir el cierre de RTVV ni éste tiene que ser la excusa para una posterior privatización, proyectada desde hace tiempo por el PP.
Por estas razones, apoyamos a la convocatoria de manifestación en Valencia, Castelló y Alicante el próximo sábado, 9 de noviembre, a las 18:00 horas.
No al cierre de la RTV valenciana
Apoyemos a las trabajadoras de la RTV Valenciana
Por la defensa de nuestra lengua y cultura
Por una RTV Valenciana 100% pública, autogestionada y bajo control social.
Pagamos los servicios públicos, No pagamos la deuda ilegítima.
Dimisión del gobierno valenciano
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