*Las ideas aquí expresadas no tienen por qué representar necesariamente la opinión de Izquierda Anticapitalista, sí las del/ la autor/a del texto.
Por Oscar J.D.
En primer lugar advertir que no voy a descubrir la pólvora ni a hacer un mega-análisis, solo a plantear algunas reflexiones por escrito.
El pasado sábado asistí a la manifestación convocada (o mejor dicho perpetrada) por CCOO y UGT. La procesión (pues “manifestación” se le quedaba grande) fue aburrida, carente de entusiasmo, sin que apenas se corearan lemas y en un ambiente de apatía y pasotismo que viene siendo la tónica habitual en estas marchas sindicales.
Aquello terminó con la lectura de sendos comunicados que ni lxs más fieles escuchaban.
Por un lado creo que éste tipo de paseos sindicales vienen dados por la necesidad que tienes las burocracias de ambas centrales de aparentar ante sus bases (gente que en muchos casos pelea en los centros de trabajo cada día) que les importa realmente lo que le pase a la clase trabajadora y a la gente que sufre la crisis y el sistema. Mientras mantienen ésta "paz social" que nos está haciendo retroceder décadas de derechos laborales y sociales, de vez en cuando han de dejarse ver con una pancarta en la mano. Nada nuevo bajo el sol.
Hay que añadir tres puntos negativos más: primero que la manifestación solo fue convocada con cartelería en las calles ¡2 días antes!, segundo que CCOO y UGT, como es natural y ya tristemente normal, no hayan hecho el más mínimo esfuerzo por intentar que ni los (escasos) movimientos sociales de la ciudad ni las organizaciones políticas acudieran (anotar que algunas, como Izquierda Anticapitalista, el PCE/IU o los CJC sí participaron aunque auto convocándose). No hablemos ya de intentar aunar esfuerzos con la combativa aunque en mi opinión desorientada CGT. Es obvio que los dirigentes sindicales quieren que sus procesiones estén atadas y bien controladas y tranquilas.
Y en tercer y último lugar apuntar lo detestable que fue la también ya habitual presencia, con el beneplácito de los convocantes, de figuras del PSOE como Octavio Granados, Luis Tudanca, el Sr. Escribano o Jimenez, dirigentes de un partido que hace dos años (y hoy en día en algunas comunidades) aplicaban similares recortes y que ahora pretenden hacerse “los vírgenes”, olvidando con sus nuevas mascaras de luchadores antirecortes que hace dos días pactaron con el PP blindar la Constitución para que el pago de la deuda tenga prioridad sobre cualquier gasto social como las pensiones o la sanidad.
Lo dicho, no he descubierto nada nuevo, pero me parece importante un recordatorio como nota final: la Huelga General de Educación del 24 de Octubre demostró cómo, cuándo las cosas se preparan como es debido, se deja el sectarismo a un lado y se aúnan esfuerzos cada cual caminando por separado pero golpeando juntxs al mismo objetivo las movilizaciones son un éxito.
Parafraseando a aquel: “tristes los tiempos en los que hay que decir lo obvio…”
lo mismo paso en León, menos el PSOE totalmente ausente de las calles.
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