Pepe Gutierrez Alvarez
Acaba de fallecer Nelson Mandela, seguramente el negro africano más admirado y apreciado en la historia. Su biografía atraviesa la segunda mitad del siglo XX, y culmina con todos los honores posibles, es ya un icono.
Ahora
Mándela será en verdad llorado por millones de personas anónimas que a lo largo de varias décadas, se jugaron la vida y la libertad contra un régimen que el propio Mandela situó después del nazismo en perversión. En su inmensa mayoría serán personas que se sienten más libres que en los años de ignominia, cuando un “nativo” podía ser vejado, maltratado, torturado o asesinado por la policía. Las terribles fuerzas represivas de un sistema que era considerado como un ejemplo para
Dicen que la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud, y Mandela no es culpable del festival de cinismo que ha rodeado sus últimos años, desde
Su historia es la de una larga resistencia a la opresión racista y social, que una cosa es indisociable de la otra, se desprecia al negro para
De haberlo hecho después del proceso de Rivonia su figura habría podido resultar equiparable a la trágica y magnífica de Patricio Lumumba, un nombre
Mandela, el incorruptible, el que no se rendía, comenzó a ser mundialmente reconocido cuando en los años ochenta, la crisis abierta, con las movilizaciones masivas en las calles, las muertes y las torturas de los resistentes, convertía a Sudáfrica en uno de los centros de la atención pública de todo el mundo, y familiarizó a muchas personas con términos hasta
Palabras que vinieron acompañada de nombres como
En este tiempo, y en el que le sigue, el prestigio de Nelson y Winnie Mandela han superado al de todos los gobernantes de la época. Muy pocas veces en la historia una pareja ha conseguido, reunir tras de sí un apoyo nacional e internacional tan vasto, hacía mucho tiempo que líderes proscritos no daban un salto histórico —revolucionario— que les llevara desde
Así es que, aunque situados después de la ruptura matrimonial en ángulos diferentes, Nelson y Winnie, cada uno a su manera, siguieron representando la historia viva de Sudáfrica, una historia en movimiento que sigue ocupando las portadas de los medias, y sobre la cual sigue valiendo la pena tratar de ofrecer un "mapa" que nos ayude a situarnos en uno de los grandes episodios de la historia del siglo XX, y cuya importancia para
Al liderar una revolución a medias, Mandela se convirtió en el "rostro" de la oposición y de la superación del apartheid en los periódicos, la radio, la televisión y el cine. En sus últimos años de cárcel, su nombre
El potencial de este carisma no podía pasar desapercibido para el cine y la TV, y de ahí que una de las principales cadenas de la TV pública norteamericana le dedicara una superproducción a su nombre
Pero Mandela se convirtió en un hueso atravesado en la garganta de los conservadores británicos cuando, en julio de 1988, el estadio de Wembley de Londres se puso hasta la bandera para
escuchar un concierto musical con la reunión del mayor plantel de grandes de la música popular de nuestro tiempo. Desde
la cárcel, Mandela llegó a convertirse en un reclamo desafiante gritado por millares y millares de manifestantes y de huelguistas de su país.Por entonces, aunque fuese modestamente, también se crearon colectivos antiapartheid en varias capitales españolas. Esta
campaña se compuso de las actividades clásicas de denuncia del racismo, actividades callejeras con pancartas, recogidas de firmas, propuestas parlamentarias, charlas y mesas redondas, y naturalmente, la edición de libros y folletos. Inmerso en esta actividad. Fue esta conexión la que permitió más tarde que Mandela hiciera una escala en Barcelona, invitado por el Ayuntamiento de la ciudad. En aquella ocasión, Mandela pudo hablar a un extenso público congregado en la plaza de Sant Jaume…Por entonces, aunque fuese modestamente, también se crearon colectivos antiapartheid en varias capitales españolas. Esta
campaña se compuso de las actividades clásicas de denuncia del racismo, actividades callejeras con pancartas, recogidas de firmas, propuestas parlamentarias, charlas y mesas redondas, y naturalmente, la edición de libros y folletos. Inmerso en esta actividad. Fue esta conexión la que permitió más tarde que Mandela hiciera una escala en Barcelona, invitado por el Ayuntamiento de la ciudad. En aquella ocasión, Mandela pudo hablar a un extenso público congregado en la plaza de Sant Jaume…En aquella coyuntura, Mandela creyó que lo primero era acabar con el apartheid, y abordar los grandes cambios que la mayoría social del país venía exigiendo mientras eran salvajemente reprimidos.
Desde
entonces, muchas cosas han cambiado en Sudáfrica y en el mundo, pero lo más importantes es que, primero, que el apartheid ha quedado atrás sin que haya tenido lugar ninguna hecatombe humanitaria, y segundo, que Sudáfrica ha adquirido un sentido muy diferente para el continente africano. Dejó ser el centro contrarrevolucionario coligado con Washington para sostener y complementar los ejércitos "contras" que acabarían arruinando en no poca medida las perspectiva de mejoras democráticas y sociales en Angola, Costa Verde y Mozambique, sino que, por el contrario, emergía como la portavoz más fuerte y autorizada de un continente que parece condenado a ocupar permanentemente las páginas más calamitosas de los noticiarios.Mandela marcó una etapa de la historia sudafricana, el país más rico del continente, donde la clase trabajadora es mayoritaria y sigue estando organizada aunque las burocracias sindicales han hecho estragos. Comenzó como un continuador de la tradición pacifista y gradualista puesta en la práctica por Mahatma cuando vivió allí, pero luego consideró que la luchar armada se había hecho ineludible. Fue uno de los portavoces de la Carta de la Libertad, un programa que no separa la libertad de la igualdad. Su actuación gubernamental fue, cuanto menos insuficiente. Sudáfrica ya no sufre el látigo del racismo, pero se ha hecho todavía más desigual
que cuando gobernaban los racistas.
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