Comunicado de Izquierda
Anticapitalista Revolucionaria IZAR
Estados Unidos vivió
ayer en la ciudad de Orlando la mayor matanza por arma de fuego hasta
la fecha, esta vez dirigida contra el colectivo LGTBI. Este execrable
asesinato desgraciadamente no se puede desvincular de las políticas
activas de promoción del uso de armas, el militarismo y la
autodefensa impulsadas por las instituciones, ya sean republicanas o
demócratas, ni tampoco del clima de racismo, odio e islamofobia de
los últimos meses. Las arengas filonazis de Donad Trump contra las
mujeres, inmigrantes latin@s y musulmanes no escapan de esta
relación.
Con todo, lo ocurrido en
Orlando no deja de ser un crimen contra la comunidad homosexual. El
asesino, un homófobo declarado según su familia y las redes
sociales de las que hacía uso, cargó sus balas contra el club
“Pulse” de la ciudad, donde tenía lugar en la madrugada del
domingo una fiesta en el marco del “mes del Orgullo Gay”. También
sus víctimas, alrededor de 50 personas, eran en su mayoría latinos
LGTBI. Según su padre, su hijo se enfadó hace dos meses cuando vio
en Miami a dos hombres besándose, al igual que también ha
argumentado que la matanza no ha tenido nada que ver con su religión
musulmana.
No es casualidad que otra
masacre de tal calibre, como el incendio de un bar gay de Luisiana en
1973, acabara con la vida de 32 personas, como tampoco que fuera la
violencia policial la que iniciara el movimiento de liberación LGTBI
en los EEUU de Stonewell en 1969. Estos hechos vuelven a poner sobre
la mesa que, más allá de legislaciones más progresistas en algunos
estados, la homofobia y transfobia sigue de luctuosa actualidad no
solo en EEUU, sino también en el resto del mundo.
No podemos olvidar y
dejar de condenar y señalar como preocupantes los casos cada vez más
continuados de agresiones contra miembros de la comunidad LGTBI en
Madrid y en otros puntos del estado español. No por “disfrutar”
de legislaciones avanzadas en derechos civiles el heteropatriarcado
deja de golpear. Sin embargo, las reacciones políticas inmediatas en
EEUU y presumiblemente en todo el mundo al crimen de Orlando nos
llevan a condenar el recurso fácil a la islamofobia y a la
invocación al terrorismo yihadista.
Donald Trump se
congratuló de estar en lo cierto sobre la “alerta contra el mundo
islámico” y cargó contra la debilidad moral de los demócratas en
la lucha contra el terror. Obama y Clinton en cambio, además de
hablar de acto terrorista, se apuntaron al unísono a la prédica
progresista en busca de los votos de la comunidad LGTBI. Unos y otros
comparten la política islamófoba, guerrera y en contra de mayores
restricciones al uso de armas, pues todos se benefician de las
aportaciones de la RNA.
Izquierda Anticapitalista
Revolucionaria IZAR expresamos nuestra condena y solidaridad con las
víctimas y familias de la masacre de Orlando tras este terrorífico
ataque homófobo, según apuntan todos los indicios. Nos recuerda que
a pesar de los progresos conseguidos en las últimas décadas el
colectivo LGTBI sigue en el punto de mira y sufre una opresión
específica.
De la misma forma nos
oponemos a todo intento interesado de usar estos asesinatos para
cargar contra la comunidad musulmana, en EEUU y en todas partes. El
mundo islámico no puede ser la coartada para esconder
responsabilidades políticas de discursos clasistas, racistas y
machistas lazados desde las instituciones, acogiéndose a una falsa
superioridad etnocentrista occidental. No podemos olvidar que las 50
personas asesinadas eran en su mayoría homosexuales y latinos, que
junto a afroamericanos y mujeres son los que están pagando más la
crisis del capitalismo norteamericano.
Los asesinatos homófobos,
en nombre de cualquier o ninguna religión, no pueden utilizarse para
dividirnos a las y los trabajador@s y azuzar la islamofobia en nombre
de una interesada y falsa “tolerancia” en nuestra lucha para
erradicar toda opresión sobre nuestros cuerpos, identidades y
afectos. Para ello también se hace imprescindible reivindicar un
orgullo de clase, combativo y de lucha, que rechace totalmente el
envoltorio cosmético que el “capitalismo rosa” le ofrece para
convertir las reivindicaciones LGTBI en producto de mercado y
negocio.
Contra el heteropatriarcado asesino,
contra la homofobia y la transfobia, orgullo y lucha.
Contra la criminalización de la
comunidad musulmana, stop a la islamofobia y el racismo.
Por un orgullo de clase, crítico y
combativo que se enfrente a todas las opresiones del patriarcado y el
capitalismo
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