El PP se queda tranquilo porque hace una política responsable en el gasto público, ya que utilizará 500 motivos con bombillas de bajo consumo.
Desde Izquierda Anticapitalista queremos desmontar otro año más esta argumentación y por lo tanto oponernos a la iluminación navideña, tal como la plantea el PP por muchas razones.
La iluminación navideña pretende transmitir a la población burgalesa el “espíritu navideño” familiar, solidario y feliz. Nada más lejos de la realidad. Más de 15.000 personas, la precariedad laboral y social, la exclusión social (personas que deben acudir a Caritas o a los Bancos de Alimentos) y que ya practica la mendicidad callejera, hacen que el “espíritu navideño” se esfume.
La iluminación navideña es una invitación clara y vergonzosa al consumismo desorbitado y las familias no están en gran medida para grandes dispendios. El Ayuntamiento no puede gastar en algo que muchos gastos, cuando la subida de tasas e impuestos municipales viene siendo la dinámica, con la reducción de servicios públicos y su empeoramiento en horarios y calidad, cuando hay mayores costes para la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas. Porque se han reducido los gastos sociales e inversiones para mejorar la calidad de vida de la mayoría de los burgaleses y burgalesas, así como de los barrios, carentes muchos de ellos de infraestructuras básicas, culturales y de ocio, e incluso donde se ha recortado la iluminación diaria, disminuyendo farolas, retrasando la hora de encendido y adelantando el apagado.
Empezar la iluminación navideña el 5 de diciembre es para que se estimule el consumo como el PP reconoce, para aprovechar el puente de la Constitución. En consecuencia l@s grandes beneficiad@s serán l@s comerciantes, que si bien es cierto que en la campaña navideña crean empleo, no es menos cierto que es temporal, muy precario, con grandes jornadas de trabajo y escaso salario en relación con la jornada habitual. Es un trabajo efímero y de mala calidad. También se benefician l@s hosteler@s.
No es de recibo que haya “espíritu navideño” durante más de un mes de forma continuada, con la factura energética que conlleva, aunque sea más reducida al emplear bombillas de bajo consumo. Además la imposición por el mercado de las llamadas "bombillas de bajo consumo" respondió a una fraudulenta operación especulativa de alcance europeo, hoy muy cuestionada por científicos y movimientos ecosocialistas. El supuesto ahorro energético se desnaturaliza porque no se contempla la dificultad y peligrosidad de su reciclaje. Sus componentes dañan tanto el medio ambiente que el reciclaje se desplaza a paises dependientes, en que las conciones de destrucción, separación de componentes y eliminación, dañan directamente a la fuerza de trabajo en lasfactorías e indirectamente al conjunto del territorio.
No tiene lógica que por quejas ciudadanas injustificadas, se pongan motivos navideños en ciertos barrios residenciales y barrios populares, salvo que se haga en la clave electoralista de sacar votos en las próximas elecciones municipales, porque todos los barrios deberían tener iguales derechos empleando esa lógica y eso sería catastrófico ecológica y económicamente.
Si l@s comerciantes son l@s beneficiad@s, así como l@s hoteler@s, también deben de exigírseles que contribuyan al coste de la instalación y al pago de la factura eléctrica.
El ambiente navideño lo generarán los propios establecimientos comerciales en sus escaparates y establecimientos y en la megafonía que ponen por las calles. No es necesario este coste municipal.
En todo caso, si hubiera que ambientar algo las calles durante las fechas navideñas, desde IA planteamos:
- Gastos compartidos con comerciantes y hosteler@s. Proponemos que un tercio, como mucho lo pague el Ayuntamiento.
- Que la iluminación se centre exclusivamente en los días navideños, entre el 23 de diciembre, víspera de Nochebuena por la tarde y el 6 de enero. Esta medida provoca ahorro en el coste de contratación, mantenimiento y factura de la iluminación.
- Que la iluminación se dé solamente los días festivos y fines de semana que es cuando más salen los ciudadanos y ciudadanas a la calle en horario comercial.
Con estas propuestas hay ahorro municipal, en un momento en que muchos burgaleses y burgalesas no tienen realmente Navidad, liberando parte de esas cantidades ahorradas a mejorar desde el Ayuntamiento los servicios sociales y evitar la exclusión social.
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