lunes, 17 de febrero de 2014

Crónica de la acción feminista en el registro mercantil.



La mañana del 14-febrero las mujeres de Burgos aprovechamos no para celebrar San Valentín sino para manifestarnos una vez más en contra de la ya famosa contra reforma de la ley del aborto más conocida como Ley Gallardón. Un grupo de aproximadamente 40 personas (en su gran mayoría mujeres y algún hombre) entre las que se encontraban dos mujeres de Izquierda Anticapitalista, nos reunimos a las puertas del Registro de la  Propiedad en la Calle Julio Sáez de la Hoya. El objetivo: registrar nuestros cuerpos como propiedad para “simbolizar” que nos pertenecen a nosotras y por tanto somos las únicas que podemos decidir sobre su destino. Allí se entonaron cánticos preparados para la ocasión, se realizaron algunos improvisados bailes y le dedicamos al Sr Gallardón algunas consignas. Estamos hartas de que a pesar de las grandes críticas que existen ante la ley, el Partido Popular con la arrogancia a la que nos tiene acostumbradas ha decidido llevar adelante la contrareforma aprovechándose de la “falsa mayoría” que tiene en el Congreso.



Tras un primer intento de registro en este edificio nos dijeron que estábamos en el lugar equivocado ya que sólo atendían registros de bienes inmuebles, y nuestro cuerpo es un bien mueble (y tanto!), así que nos dirigimos a la Plaza España al Registro Mercantil. En el portal el primer contra tiempo, el portero nos dice con un tono poco amable que no podemos subir todas. Decidimos hacer caso omiso de sus palabras y subimos hasta el séptimo piso. Allí las compañeras improvisan una hoja-formulario que se encargan de fotocopiar para todas, en la que escribiríamos nuestro nombre y apellidos, el bien a registrar y los motivos. Cada cual libremente rellena el formulario y junto con su copia la entregamos para finalizar la acción. Las empleadas nos sellan nuestra copia quedándose ellas otra para “realizar el trámite”. Las mujeres dejamos decorada la sala en tonos morados y sobre todo dejamos una lección de dignidad. Al marcharnos de nuevo tropezamos con el portero del edificio que ante el ruido de explotarse un globo (sin querer) en el portal, se dirige a una de las compañeras con los apelativos de: “puta” y “cerda”. Las mujeres reaccionamos al respecto y sobre todo reflexionamos que largo es el camino, no sólo para que los legisladores saquen sus leyes burguesas de nuestros ovarios sino para que muchas personas de a pie puedan unirse a nuestra lucha porque no estamos “locas” ni somos unas “...” sino mujeres que luchamos contra toda forma de explotación, por nuestra dignidad y libertad. ¡Mi cuerpo es mio y yo decido!

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