La irrupción de PODEMOS en el panorama político ha hecho que el gran capital busque soluciones para seguir dirigiendo los destinos del estado español y dicho y hecho se han puesto a trabajar y no han tardado en dar con la clave tal y como afirmaba el presidente del cuarto grupo bancario de este estado español, el Banco Sabadell, decía “nos convendría una especie de Podemos de la derecha, más orientado a la iniciativa privada”. Y se fijaron en Ciudadanos, un partido muy, muy español, en tierras inhóspitas como es Cataluya, justo lo que necesitaban para evitar la catástrofe de la derecha y a la vez sirva para apuntalar el sistema bipartidista o para garantizar que todo va a seguir igual.
El cambio tranquilo que propone A. Rivera, es un cambio que deja todo igual, es un cambio sin molestar a los de arriba, vacío de contenido y con promesas para seducir a un electorado despolitizado y fácil de conformar y de engañar, eso sí, siempre dentro de las normas y cauces establecidos con el fin de no molestar al poder establecido, utilizando para ello la fórmula clásica, de combinar promesas de renovación y moderación con propuestas de transformación y regeneración, todo ello sobre unas normas que no dejan espacio para nada diferente.
Los cambios que propone Ciudadanos, nos tan efímeros que tan solo es un mero recambio de élites y que solo sirven para impedir otros mayores, con una política económica neoliberal junto con la defensa sobre todas las cosas de la unidad de España, cuestiones estas, que alegran enormemente al Ibex 35.
Ciudadanos aparece en Cataluya en el 2.006, con tres diputados en el Parlament, que revalidaría en el 2.010 y que ampliaría hasta 9 en el 2.012, con una seña de identidad muy marcada, su anticatalanismo, lo que sedujo a los medios de in-comunicación más conservadores con un apoyo explicito a sus propuestas, entre las que podemos destacar “la retirada de la tarjeta sanitaria a emigrantes no regularizados” o su voto en contra del ”establecimiento de un impuesto que gravara los depósitos bancarios y aumentara el de sucesiones”. Pero no hay que olvidar que en el Parlament de Catalunya también se abstuvo en propuestas como, “la creación de una tasa sobre emisión de gases contaminantes” o a la “restricción de los horarios comerciales” , o ante una propuesta que pedía la “retirada del reaccionario proyecto de Ley sobre el aborto del entonces ministro Gallardón”.
Esta “buena conducta” de Ciudadanos ha servido para que el Banco Sabadell, uno de los grupos bancarios más importantes en el estado español, apueste de forma generosa y sea el gran mecenas, financiando sus campañas electorales. La prensa, radios y televiones conservadoras han puesto el resto para que sean conocid@s, a pesar ser los grandes desconocidos, incluid@s la gran mayoría de sus candidat@s.
Su composición es diversa, ya que en varios lugares se han constituido con la integración de pequeños y residuales partidos localistas. También se han incorporado oportunistas de nuevo cuño, ingenu@s admiradaores, algún indignado con el PP o con PSOE y elementos racistas de la extrema derecha, como se demuestra en la cantidad de candidaturas que se han visto abligados a retirar, ya que ahora combiene dar una imagen nueva alejada de cualquier extremismo de derechas y que socialmente parezca humanitario.
El gran líder de Ciudadanos, A. Rivera, con aspecto joven-pijo, tiene un siniestro bagaje político, ya que desde jovencito se situó en la extrema derecha más paleolítica de Catalunya, tonteo con Falange y las Nuevas Generaciones del PP, hasta convertirse en lo que es hoy, un facha con un lenguaje muy simplista y una retorica populista que enmascara la realidad ”intentando cambiar todo, para que nada cambie” todo ello como fiel servidor de los intereses del gran capital y para neutralizar los traspiés del PP y si es necesario por el bien “la paz social y democrätica” en algunos sitios apoyarán al PSOE. En definitiva, son la cara B de la extrema derecha.
Eva y Adan, indignad@s y prcari@s
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