El pasado 29 de mayo nos reunimos en el Salón de Sindicatos de Burgos para conocer las distintas formas de entender y afrontar una represión política que se ha agudizado a raíz de las últimas luchas y protestas sociales, debatiendo entre la pluralidad ideológica y poniendo en común las reflexiones y análisis sobre el movimiento anti-represivo en el Estado español.
Ana Vargas, activista del Centro Social Doble o Nada (Palencia) hizo un repaso de las últimas operaciones represivas llevadas a cabo por el Estado, con el objetivo de infundir el miedo a aquellas personas que luchan, para que otras se abstengan también de hacerlo, ante el miedo a las represalias propio de un régimen post-franquista que nunca ha abandonado prácticas como la tortura, el hostigamiento y la censura. Tal es el caso de la Operación Piñata, un montaje policial con decenas de compañerxs detenidxs que acusa al movimiento libertario de organización con fines terroristas, en continúas contradicciones de un informe policial que, según comentó Ana Vargas, se hallaba cargado de irregularidades. Así, el ejercicio de la democracia, tal como las manifestaciones, edición de periódicos críticos y grupos de solidaridad con represaliadxs por el Estado, son entendidos por éste como una violación del orden constitucional. Desde el CSA y otros colectivos afectados por la Operación Piñata se ha llevado a cabo una campaña de solidaridad y lucha anti-represiva, llegando la solidaridad de muchas personas a las personas presas, detenidas o denunciadas.
A continuación, Óscar Caballero expuso el trabajo de la Comisión de Encausadxs de Gamonal, dependiente de la Asamblea de Gamonal, que ha dado soporte a lxs detenidxs por la lucha contra la especulación en la ciudad, en su mayoría procedentes de la clase trabajadora y con pocos recursos, recaudando dinero para pagar las fianzas y las multas, y extendiendo el apoyo legal y jurídico necesario para afrontar los procesos con ciertas garantías. Así mismo, elaborando y recaudando las pruebas de lo ocurrido durante esos días. Por el momento se han desestimado la mayor parte de las acusaciones contra los menores detenidos esos días de enero de 2014, inclusa la jueza llamó la atención a la policía sobre la falta de pruebas y la deficiencia de las denuncias, que no aportaban pruebas. En este sentido, Caballero llamó la atención sobre el hecho de que, la mayoría de las 47 personas detenidas, serán juzgadas en 2016 con procedimientos que requieren de una preparación y una fuerza social suficiente para afrontarlo. De igual forma, el ponente destacó que la represión busca “acabar con la vida social de las personas”; señalarlas en su barrio, trabajo, el hostigamiento de las patrullas policiales, cacheos e identificaciones que tratan de marcar a quienes luchan por la superación de la autoridad y la injusticia social.
Mar Sangrador trajo la experiencia de la Asamblea Cántabra por las Libertades y Contra la Represión (Colectivo Libres), que se ha organizado a tenor de la represión sufrida por los piquetes informativos durante las pasadas jornadas de huelga general, así como a estudiantes y activistas anti-desahucios que han sufrido la represión política durante las protestas. Sangrador ponía sobre la mesa que la movilización ha funcionado, aunque algunos casos de represaliadxs reciben más trabajo y atención que otros. Mientras, el Estado cuenta con los instrumentos legislativos y jurídicos para ejercer la violencia, de modo que la aplicación del art.315 del Código Penal es sólo un ejemplo de la forma en que la máquina estatal ha ido cambiando la legislación a medida que, nuevas formas de protesta como los escraches, se desarrollaban en las calles, parando desahucios y señalando a los culpables de dicha situación. Sangrador puso sobre la pesa la metodología empleada en Cantabria, que busca las acciones unitarias dejando atrás las siglas y organizaciones; en el Colectivo Libres se participa a título individual y apostando por la unidad.
Por último, Óscar Domingo (Anticapitalistas) señaló la necesidad de que en Burgos existan iniciativas anti-represivas que apuesten por la unidad, conservando la pluralidad y las distintas maneras de entender la represión. En Burgos se ha trabajado aisladamente; conflicto a conflicto, se han articulado las herramientas solidarias y anti-represivas, de modo que cuando no existe ninguna lucha focalizada o cuando las protestas pierden fuerza, entonces la fuerza social contra la represión palidece y mengua. Ante esta situación, Domingo llamó a una coordinación que sea capaz de articular una herramienta perdurable en el tiempo, con recursos suficientes también en el tema jurídico, que de apoyo y soporte frente a la creciente represión política.
En el posterior debate se hizo patente que la represión es un concepto que abarca también prácticas como la exclusión, la censura y la represión sexual; un concepto plural que ha sido trabajado en Burgos, desde hace mucho tiempo, de distintas maneras. La fuerza física es el elemento más visible de una miríada de ejercicios que tratan de destruir los tejidos sociales, aislando al individuo y convirtiéndolo en una cosa sujetada a los dispositivos de control social (como la cárcel o el propio dinero), vigilada y administra de forma permanente. Ante esta situación, abogamos por la superación de la autoridad en todas sus formas.
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