Foto: Jordi Borràs
Por Marc Font
Miren Etxezarreta es una de las voces referenciales de la economía crítica en Catalunya y en el estado español. Catedrática emérita de Economía aplicada en la UAB, su nombre está estrechamente ligado al Seminario Taifa, el colectivo de economía crítica que contribuyó a crear EN 1994. Eran los años de la consolidación del neoliberalismo, del llamado consenso de Washington y de la crisis económica de los primeros noventa.
Veinte años después, Taifa se ha consolidado como un espacio de divulgación y análisis desde una perspectiva crítica, abierto no sólo a expertos sino a ciudadanos y activistas interesados en entender la economía. Incisiva como siempre, Etxezarreta niega que se pueda hablar de recuperación económica, recela de la institucionalización de los movimientos sociales a través de propuestas como Guanyem Barcelona y afirma que por ahora la independencia no supondría cambios sociales de ningún tipo.
El Gobierno español insiste en subrayar que ya ha llegado la recuperación económica, pero las cifras de paro se mantienen muy elevadas. ¿Realmente se está saliendo de la crisis?
Hay un primer error metodológico, que es hacer unidades homogéneas cuando se habla de datos macroeconómicos. Pero resulta que ni España ni Cataluña no lo son, de homogéneas. Hay clases sociales tanto en Cataluña como en España. Cuando hablamos de recuperación, no se puede negar que a nivel macroeconómico hay unos pequeñísimos indicadores de mejora, pero con la excepción de la cúpula de las élites, para la población en general no sólo no se nota ningún tipo de mejora, sino que cada día estamos peor.
Si utilizamos sólo los datos macroeconómicos, se puede hablar muy justo de recuperación, pero si se tienen en cuenta las personas, esto no vale en absoluto. Es un engaño. Nos costará mucho salir de la crisis y, en todo caso, la salida se hará desde un nivel tan bajo que tardaremos muchos años en llegar a la situación del 2006. De hecho, estaremos en un punto totalmente diferente. Las políticas económicas que se han puesto en marcha tampoco han ayudado a evitar los peores efectos de la crisis.
La crisis y las políticas económicas que le han seguido han sido una fantástica excusa para llevar a cabo un golpe de Estado. Si se da esta recuperación por los grandes empresarios y el gran capital, porque la bolsa va bien, es porque se deteriora la situación de los otros: por la reforma laboral, por la precariedad del trabajo, por el paro, por el descenso salarial, por la reducción del coste del Estado del bienestar... Lo que produce el país es más o menos lo mismo, pero lo que ha cambiado es cómo se reparte. ¿Por qué se incrementan los beneficios? Pues porque bajan los salarios y porque el trabajo es cada vez más precario.
La crisis ha servido para abrir nuevos nichos de negocio en el sector privado. ¿Ha sido un triunfo de la doctrina neoliberal?
Es verdad que las políticas neoliberales son una causa muy importante de todo lo que está pasando, pero no debemos olvidar que las políticas no son más que la expresión de lo que hace el Estado. Y en una economía capitalista como la que tenemos hay algo aún más importante que eso: lo que hace el capital. ¿Cuál ha sido la estrategia del capital? Pues promover la privatización de todo lo que fuera privatizable. Después ha habido unas políticas que lo han hecho posible, y que se han traducido en unos recortes fuertes a los derechos sociales que han servido también para generar negocio al sector privado. Ahora bien: resulta que estamos criticando lo que hacen los gobiernos -y hacemos bien haciéndolo: probablemente los deberíamos criticar aún más-, pero este nivel de crítica no llega al gran capital. La política es el fruto de una estrategia del capitalismo y de la connivencia de los estados con el capitalismo, pero no vale criticar sólo la política.
¿Podemos certificar la defunción del Estado del bienestar en el sur de Europa?
Me enfada bastante oír que el Estado del bienestar ha muerto. El Estado del bienestar nunca nos lo han regalado, sino que siempre se ha conseguido con lucha. Es el fruto del pacto social de la posguerra, consecuencia de la lucha de clases. Si se trabaja y se lucha por el Estado del bienestar, no debe desaparecer paso, pero es cierto que la tendencia es, indudablemente, a la desaparición. Es lo que quiere el capital. Seguir un modelo de los Estados Unidos, que todo sea privado y que los pobres revienten. Se acentúa la explotación a través de la desposesión, es decir, te explotan por el trabajo y, además, lo poco que puedas tener de más y que estaba en manos públicas también se reduce y se degrada.
Hace poco se anunció que el BBVA se quedaba Catalunya Caixa, rescatada con 12.000 millones de euros públicos. Dinero público para un negocio privado...
El Estado español ha destrozado las cajas de ahorros para beneficio de los cuatro o cinco grandes bancos que quedan. 45 cajas, que funcionaban como bancos, han desaparecido muy rápidamente. Tenían la mitad de los depósitos del país y sin ellas desaparecen unos competidores fuertes, que son comprados a precio de saldo. Han eliminado la mitad del sistema financiero, con muchas entidades parapúblicas, y es sorprendente con qué tranquilidad se lo ha tomado la población de España. Algunas cajas funcionaban mal, pero no todas. Me parece una operación escandalosa e inteligentemente programada desde el capital financiero. 12.000 millones del Estado en Cataluña Caixa, más de 20.000 en Bankia... Pero los que dirigían estas entidades, como el señor Narcís Serra, se lavan las manos y dicen que no sabían nada. Han salido beneficiados enormemente con dinero nuestro. Hace tiempo que digo que había que salvar a la banca, pero no los banqueros.
"Con el dinero del rescate a la banca se habría podido perfectamente crear un banco público gestionado por un comité de trabajadores" ¿Cuál habría sido la alternativa?
Creo que era una fantástica oportunidad para tener una banca pública. Con estos bancos reciclados con dinero público se podía haber optado por crear una banca pública de calidad; por ejemplo, a través de la gestión de los trabajadores. ¿Por qué Narcís Serra es más listo que un comité de trabajadores, cuando se ha demostrado que él era un inútil como gestor? Sin embargo, hay que ser conscientes de que en un país capitalista un banco público pintará relativamente poco. En realidad, en el capitalismo no hay alternativas. Lo que hay que hacer es trabajar para cambiarlo todo. Hay que darse cuenta de que en el capitalismo no hay salidas de verdad y hay que buscar procesos que nos aproximen a una salida, pero cuando se trata de alternativas hay que hablar de muy largo plazo y desde muchos ámbitos de autonomía, coordinando y convergiendo.
¿Pero son factibles?
Hay miles de técnicos que han trabajado en alternativas. A nivel técnico, de alternativas se pueden encontrar todas las que se quieran, pero la cuestión es que la propiedad del país sigue en manos del capital. El capitalismo tiene cada vez más contradicciones, porque es verdad que el capital financiero ha salido fortalecido de la crisis, ¿pero cuántas empresas, incluso grandes, se han hundido? Con las crisis en el capitalismo se destruyen capitales para salvar el capital. Es pura teoría darwinista. A mí no me gusta la expresión, pero el 1% cada vez tiene más. El dinero está cada vez en menos manos. El problema de fondo es que no tenemos el poder y ellos, en cambio, sí que lo tienen.
En todo caso, sí se percibe una mayor conciencia crítica hacia el actual modelo económico, y las formaciones que abogan por salir o cambios radicales ganan peso.
Esto es esperanzador y soy optimista a muy largo plazo. Hace algunos años había otra manera de ser crítico. Cuando yo era joven, las personas políticamente inquietas apuntaban a un partido o a un sindicato en la clandestinidad, arriesgando mucho. Y hacían lo que el partido mandaba. Ahora soy optimista porque creo que hay muchísimos más núcleos pequeños, muy pequeños... pero queriendo hacer cosas por sí mismos. No esperan hacer lo que diga el secretario general, y eso me parece muy positivo. Soy una entusiasta de los movimientos sociales. Simpatizo con la CUP, también parcialmente con ICV, con Podemos no lo sé porque no los conozco. Simpatizo con este tipo de organizaciones, pero creo que se equivocan porque con las instituciones que tenemos actualmente no hay nada que hacer.
"Guanyem Barcelona me habría entusiasmado si no se hubiera creado para ir a las instituciones. Allí no tenemos nada que hacer"¿Por qué desde ellas no se pueden hacer políticas alternativas?
No, porque están controladas por el gran capital.
¿Ni con mayorías absolutas?
Es que no llegan.
¿Y si llegaran dentro de unos cuantos años?
No llegarán. Por ejemplo, con relación a Guanyem Barcelona, me habría entusiasmado si no se hubiera creado para ir a las instituciones. Hubiera preferido mil veces que se hubiera montado la plataforma para quedarse fuera. La PAH tiene poder porque se ha quedado fuera y tiene una gran legitimidad social, aunque en gastó mucha con la iniciativa legislativa popular… la PAH gana porque está al pie de obra. Con otros temas es más complicado incidir, como evitar la privatización de la sanidad o generar puestos de trabajo, pero creo que tiene más sentido quedarse fuera y presionar a los de dentro. Cuando estos movimientos entran en las instituciones, el aparato los absorbe. Guanyem Barcelona me parece interesantísimo, pero temo que no quedará nadie a pie de obra, trabajando en la calle. Creo que no vale la pena ir a las instituciones ahora, sino que hay que reforzar enormemente el poder de la base y exigir desde la base. Ya está la CUP e ICV dentro, pues se trata de exigirles desde fuera y fijar compromisos con plazos. No es necesario institucionalizarse. Creo que los partidos son algo de otra época, que no responden a las necesidades de la sociedad actual. Me entristece que los jóvenes estén institucionalizando la resistencia. Para mí, deberían quedarse en la calle.
¿Un hipotético Estado catalán independiente puede ser una oportunidad para cambiar las cosas si hay una presión importante desde abajo?
Mi análisis personal es que no. Mucha de la gente inquieta y con ideales que yo comparto defiende el sí y los puedo entender, pero creo que es una ilusión. Los independentistas que yo respeto piensan que puede servir para romper el statu quo y hacer cosas para avanzar hacia otra sociedad, pero yo no lo veo. Me parece que el peso tan fuerte que tiene el independentismo en este país está controlado por la derecha y para mí ERC es la derecha. La alianza Izquierda-CiU no dejará que se haga nada. Los grupos de gente que tienen la visión que yo comparto son unas minorías muy pequeñas. Yo lucho por otra sociedad y soy más tendente a avanzar hacia esta situación que esperar a que la independencia me ayude. Creo que se debería luchar por ello y posteriormente ya veríamos si esta otra sociedad debería ser independiente o no. Pero empecemos por la autogestión, la defensa de los derechos sociales... Tenemos que luchar por unas variables de una sociedad diferente. Ahora, también hay que decir que, tal como está actuando el Gobierno español, nos está haciendo independentistas a todos. http://www.sentitcritic.cat/entrevi...
Por Marc Font
Miren Etxezarreta es una de las voces referenciales de la economía crítica en Catalunya y en el estado español. Catedrática emérita de Economía aplicada en la UAB, su nombre está estrechamente ligado al Seminario Taifa, el colectivo de economía crítica que contribuyó a crear EN 1994. Eran los años de la consolidación del neoliberalismo, del llamado consenso de Washington y de la crisis económica de los primeros noventa.
Veinte años después, Taifa se ha consolidado como un espacio de divulgación y análisis desde una perspectiva crítica, abierto no sólo a expertos sino a ciudadanos y activistas interesados en entender la economía. Incisiva como siempre, Etxezarreta niega que se pueda hablar de recuperación económica, recela de la institucionalización de los movimientos sociales a través de propuestas como Guanyem Barcelona y afirma que por ahora la independencia no supondría cambios sociales de ningún tipo.
El Gobierno español insiste en subrayar que ya ha llegado la recuperación económica, pero las cifras de paro se mantienen muy elevadas. ¿Realmente se está saliendo de la crisis?
Hay un primer error metodológico, que es hacer unidades homogéneas cuando se habla de datos macroeconómicos. Pero resulta que ni España ni Cataluña no lo son, de homogéneas. Hay clases sociales tanto en Cataluña como en España. Cuando hablamos de recuperación, no se puede negar que a nivel macroeconómico hay unos pequeñísimos indicadores de mejora, pero con la excepción de la cúpula de las élites, para la población en general no sólo no se nota ningún tipo de mejora, sino que cada día estamos peor.
Si utilizamos sólo los datos macroeconómicos, se puede hablar muy justo de recuperación, pero si se tienen en cuenta las personas, esto no vale en absoluto. Es un engaño. Nos costará mucho salir de la crisis y, en todo caso, la salida se hará desde un nivel tan bajo que tardaremos muchos años en llegar a la situación del 2006. De hecho, estaremos en un punto totalmente diferente. Las políticas económicas que se han puesto en marcha tampoco han ayudado a evitar los peores efectos de la crisis.
La crisis y las políticas económicas que le han seguido han sido una fantástica excusa para llevar a cabo un golpe de Estado. Si se da esta recuperación por los grandes empresarios y el gran capital, porque la bolsa va bien, es porque se deteriora la situación de los otros: por la reforma laboral, por la precariedad del trabajo, por el paro, por el descenso salarial, por la reducción del coste del Estado del bienestar... Lo que produce el país es más o menos lo mismo, pero lo que ha cambiado es cómo se reparte. ¿Por qué se incrementan los beneficios? Pues porque bajan los salarios y porque el trabajo es cada vez más precario.
La crisis ha servido para abrir nuevos nichos de negocio en el sector privado. ¿Ha sido un triunfo de la doctrina neoliberal?
Es verdad que las políticas neoliberales son una causa muy importante de todo lo que está pasando, pero no debemos olvidar que las políticas no son más que la expresión de lo que hace el Estado. Y en una economía capitalista como la que tenemos hay algo aún más importante que eso: lo que hace el capital. ¿Cuál ha sido la estrategia del capital? Pues promover la privatización de todo lo que fuera privatizable. Después ha habido unas políticas que lo han hecho posible, y que se han traducido en unos recortes fuertes a los derechos sociales que han servido también para generar negocio al sector privado. Ahora bien: resulta que estamos criticando lo que hacen los gobiernos -y hacemos bien haciéndolo: probablemente los deberíamos criticar aún más-, pero este nivel de crítica no llega al gran capital. La política es el fruto de una estrategia del capitalismo y de la connivencia de los estados con el capitalismo, pero no vale criticar sólo la política.
¿Podemos certificar la defunción del Estado del bienestar en el sur de Europa?
Me enfada bastante oír que el Estado del bienestar ha muerto. El Estado del bienestar nunca nos lo han regalado, sino que siempre se ha conseguido con lucha. Es el fruto del pacto social de la posguerra, consecuencia de la lucha de clases. Si se trabaja y se lucha por el Estado del bienestar, no debe desaparecer paso, pero es cierto que la tendencia es, indudablemente, a la desaparición. Es lo que quiere el capital. Seguir un modelo de los Estados Unidos, que todo sea privado y que los pobres revienten. Se acentúa la explotación a través de la desposesión, es decir, te explotan por el trabajo y, además, lo poco que puedas tener de más y que estaba en manos públicas también se reduce y se degrada.
Hace poco se anunció que el BBVA se quedaba Catalunya Caixa, rescatada con 12.000 millones de euros públicos. Dinero público para un negocio privado...
El Estado español ha destrozado las cajas de ahorros para beneficio de los cuatro o cinco grandes bancos que quedan. 45 cajas, que funcionaban como bancos, han desaparecido muy rápidamente. Tenían la mitad de los depósitos del país y sin ellas desaparecen unos competidores fuertes, que son comprados a precio de saldo. Han eliminado la mitad del sistema financiero, con muchas entidades parapúblicas, y es sorprendente con qué tranquilidad se lo ha tomado la población de España. Algunas cajas funcionaban mal, pero no todas. Me parece una operación escandalosa e inteligentemente programada desde el capital financiero. 12.000 millones del Estado en Cataluña Caixa, más de 20.000 en Bankia... Pero los que dirigían estas entidades, como el señor Narcís Serra, se lavan las manos y dicen que no sabían nada. Han salido beneficiados enormemente con dinero nuestro. Hace tiempo que digo que había que salvar a la banca, pero no los banqueros.
"Con el dinero del rescate a la banca se habría podido perfectamente crear un banco público gestionado por un comité de trabajadores" ¿Cuál habría sido la alternativa?
Creo que era una fantástica oportunidad para tener una banca pública. Con estos bancos reciclados con dinero público se podía haber optado por crear una banca pública de calidad; por ejemplo, a través de la gestión de los trabajadores. ¿Por qué Narcís Serra es más listo que un comité de trabajadores, cuando se ha demostrado que él era un inútil como gestor? Sin embargo, hay que ser conscientes de que en un país capitalista un banco público pintará relativamente poco. En realidad, en el capitalismo no hay alternativas. Lo que hay que hacer es trabajar para cambiarlo todo. Hay que darse cuenta de que en el capitalismo no hay salidas de verdad y hay que buscar procesos que nos aproximen a una salida, pero cuando se trata de alternativas hay que hablar de muy largo plazo y desde muchos ámbitos de autonomía, coordinando y convergiendo.
¿Pero son factibles?
Hay miles de técnicos que han trabajado en alternativas. A nivel técnico, de alternativas se pueden encontrar todas las que se quieran, pero la cuestión es que la propiedad del país sigue en manos del capital. El capitalismo tiene cada vez más contradicciones, porque es verdad que el capital financiero ha salido fortalecido de la crisis, ¿pero cuántas empresas, incluso grandes, se han hundido? Con las crisis en el capitalismo se destruyen capitales para salvar el capital. Es pura teoría darwinista. A mí no me gusta la expresión, pero el 1% cada vez tiene más. El dinero está cada vez en menos manos. El problema de fondo es que no tenemos el poder y ellos, en cambio, sí que lo tienen.
En todo caso, sí se percibe una mayor conciencia crítica hacia el actual modelo económico, y las formaciones que abogan por salir o cambios radicales ganan peso.
Esto es esperanzador y soy optimista a muy largo plazo. Hace algunos años había otra manera de ser crítico. Cuando yo era joven, las personas políticamente inquietas apuntaban a un partido o a un sindicato en la clandestinidad, arriesgando mucho. Y hacían lo que el partido mandaba. Ahora soy optimista porque creo que hay muchísimos más núcleos pequeños, muy pequeños... pero queriendo hacer cosas por sí mismos. No esperan hacer lo que diga el secretario general, y eso me parece muy positivo. Soy una entusiasta de los movimientos sociales. Simpatizo con la CUP, también parcialmente con ICV, con Podemos no lo sé porque no los conozco. Simpatizo con este tipo de organizaciones, pero creo que se equivocan porque con las instituciones que tenemos actualmente no hay nada que hacer.
"Guanyem Barcelona me habría entusiasmado si no se hubiera creado para ir a las instituciones. Allí no tenemos nada que hacer"¿Por qué desde ellas no se pueden hacer políticas alternativas?
No, porque están controladas por el gran capital.
¿Ni con mayorías absolutas?
Es que no llegan.
¿Y si llegaran dentro de unos cuantos años?
No llegarán. Por ejemplo, con relación a Guanyem Barcelona, me habría entusiasmado si no se hubiera creado para ir a las instituciones. Hubiera preferido mil veces que se hubiera montado la plataforma para quedarse fuera. La PAH tiene poder porque se ha quedado fuera y tiene una gran legitimidad social, aunque en gastó mucha con la iniciativa legislativa popular… la PAH gana porque está al pie de obra. Con otros temas es más complicado incidir, como evitar la privatización de la sanidad o generar puestos de trabajo, pero creo que tiene más sentido quedarse fuera y presionar a los de dentro. Cuando estos movimientos entran en las instituciones, el aparato los absorbe. Guanyem Barcelona me parece interesantísimo, pero temo que no quedará nadie a pie de obra, trabajando en la calle. Creo que no vale la pena ir a las instituciones ahora, sino que hay que reforzar enormemente el poder de la base y exigir desde la base. Ya está la CUP e ICV dentro, pues se trata de exigirles desde fuera y fijar compromisos con plazos. No es necesario institucionalizarse. Creo que los partidos son algo de otra época, que no responden a las necesidades de la sociedad actual. Me entristece que los jóvenes estén institucionalizando la resistencia. Para mí, deberían quedarse en la calle.
¿Un hipotético Estado catalán independiente puede ser una oportunidad para cambiar las cosas si hay una presión importante desde abajo?
Mi análisis personal es que no. Mucha de la gente inquieta y con ideales que yo comparto defiende el sí y los puedo entender, pero creo que es una ilusión. Los independentistas que yo respeto piensan que puede servir para romper el statu quo y hacer cosas para avanzar hacia otra sociedad, pero yo no lo veo. Me parece que el peso tan fuerte que tiene el independentismo en este país está controlado por la derecha y para mí ERC es la derecha. La alianza Izquierda-CiU no dejará que se haga nada. Los grupos de gente que tienen la visión que yo comparto son unas minorías muy pequeñas. Yo lucho por otra sociedad y soy más tendente a avanzar hacia esta situación que esperar a que la independencia me ayude. Creo que se debería luchar por ello y posteriormente ya veríamos si esta otra sociedad debería ser independiente o no. Pero empecemos por la autogestión, la defensa de los derechos sociales... Tenemos que luchar por unas variables de una sociedad diferente. Ahora, también hay que decir que, tal como está actuando el Gobierno español, nos está haciendo independentistas a todos. http://www.sentitcritic.cat/entrevi...
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