Comunicado de Izquierda Anticapitalista
¿Exageramos? La tragedia de Ceuta, con al menos 15 muertos, era una tragedia anunciada. Por más que la Unión Europea, el PSOE o El País digan que quieren evitar tragedias como esta, con las leyes y las políticas actuales, aun retocadas, son inevitables. Habrá más. A menor escala, las hay todos los días. La exclusión por la fuerza no admite una aplicación humanitaria.
Se critica –y con razón- la actuación de la Guardia Civil. Aunque no hayan disparado a dar a nadie en el agua (algo que está todavía por ver), cualquier acción cuyo objetivo es “disuadir” a personas que se están ahogando de llegar a tierra, sin hablar de la inhibición de prestarles ayuda, tiene consecuencias perfectamente previsibles. Hay muchas maneras de matar.
En este sentido, la exigencia de una investigación rigurosa e independiente con la depuración de las responsabilidades correspondientes está plenamente justificada. Y no hace falta esperar para pedir la dimisión de un ministro que miente con descaro para tapar, cuando no defender, lo indefendible.
No obstante, conviene ir más allá de los detalles de esta tragedia-matanza, de los muros, de las cuchillas, des los espolones,de los “desmanes” de las fuerzas de seguridad marroquíes o incluso de la existencia de enclaves de soberanía española dentro de Marruecos.
Si bien es cierto que la inmigración a Europa, y al Estado español en concreto, ha disminuido en los últimos años a raíz de la crisis económica y la falta de trabajo, nunca ha cesado del todo, porque no han cesado los motivos –desde económicos a políticos.
Al mismo tiempo, los dispositivos desplegados para blindar la Europa Fortaleza, incluyendo la “externalización” de sus fronteras, han desviado ciertas tentativas de entrada, sobre todo desde África, hacia rutas cada vez más difíciles y peligrosas.
Hay que admirar la determinación, el tesón y el coraje de las personas que durante meses o años atraviesan países y desiertos para llegar a Europa y no se arredran ante las amenazas a su integridad física, aunque a veces los medios de comunicación apoyen las versiones oficiales interpretando su arrojo como “violencia”, “asalto”, “invasión”, es decir, motivo de miedo. Como internacionalistas, nos solidarizamos con ellas, lo que requiere, entre otras cosas, luchar por la derogación de la Ley de Extranjería, junto con las directivas europeas correspondientes, que son el fundamento jurídico –y también fuente de legitimación- de la barbarie.
Desde una perspectiva internacionalista, la primera obligación es defender a las personas migrantes del racismo institucional, sin por ello dejar de trabajar para que nadie tenga que abandonar su tierra si no quiere. Ante el capitalismo globalizado, el repliegue nacional, la preferencia nacional, es contraproducente, ya que divide y debilita a los sectores que necesitan unirse, dentro y a través de las fronteras, para enfrentarse a ella.
Derogación de la Ley de Extranjería
Derecho a emigrar, derecho a inmigrar
Plenos derechos para las personas inmigradas
Izquierda Anticapitalista
18 de febrero de 2014
¿Exageramos? La tragedia de Ceuta, con al menos 15 muertos, era una tragedia anunciada. Por más que la Unión Europea, el PSOE o El País digan que quieren evitar tragedias como esta, con las leyes y las políticas actuales, aun retocadas, son inevitables. Habrá más. A menor escala, las hay todos los días. La exclusión por la fuerza no admite una aplicación humanitaria.
Se critica –y con razón- la actuación de la Guardia Civil. Aunque no hayan disparado a dar a nadie en el agua (algo que está todavía por ver), cualquier acción cuyo objetivo es “disuadir” a personas que se están ahogando de llegar a tierra, sin hablar de la inhibición de prestarles ayuda, tiene consecuencias perfectamente previsibles. Hay muchas maneras de matar.
En este sentido, la exigencia de una investigación rigurosa e independiente con la depuración de las responsabilidades correspondientes está plenamente justificada. Y no hace falta esperar para pedir la dimisión de un ministro que miente con descaro para tapar, cuando no defender, lo indefendible.
No obstante, conviene ir más allá de los detalles de esta tragedia-matanza, de los muros, de las cuchillas, des los espolones,de los “desmanes” de las fuerzas de seguridad marroquíes o incluso de la existencia de enclaves de soberanía española dentro de Marruecos.
Si bien es cierto que la inmigración a Europa, y al Estado español en concreto, ha disminuido en los últimos años a raíz de la crisis económica y la falta de trabajo, nunca ha cesado del todo, porque no han cesado los motivos –desde económicos a políticos.
Al mismo tiempo, los dispositivos desplegados para blindar la Europa Fortaleza, incluyendo la “externalización” de sus fronteras, han desviado ciertas tentativas de entrada, sobre todo desde África, hacia rutas cada vez más difíciles y peligrosas.
Hay que admirar la determinación, el tesón y el coraje de las personas que durante meses o años atraviesan países y desiertos para llegar a Europa y no se arredran ante las amenazas a su integridad física, aunque a veces los medios de comunicación apoyen las versiones oficiales interpretando su arrojo como “violencia”, “asalto”, “invasión”, es decir, motivo de miedo. Como internacionalistas, nos solidarizamos con ellas, lo que requiere, entre otras cosas, luchar por la derogación de la Ley de Extranjería, junto con las directivas europeas correspondientes, que son el fundamento jurídico –y también fuente de legitimación- de la barbarie.
Desde una perspectiva internacionalista, la primera obligación es defender a las personas migrantes del racismo institucional, sin por ello dejar de trabajar para que nadie tenga que abandonar su tierra si no quiere. Ante el capitalismo globalizado, el repliegue nacional, la preferencia nacional, es contraproducente, ya que divide y debilita a los sectores que necesitan unirse, dentro y a través de las fronteras, para enfrentarse a ella.
Derogación de la Ley de Extranjería
Derecho a emigrar, derecho a inmigrar
Plenos derechos para las personas inmigradas
Izquierda Anticapitalista
18 de febrero de 2014
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