Comunicado de Izquierda Anticapitalista
El Consejo de Ministros del pasado 26 de abril ha escenificado la insostenibilidad del discurso del gobierno sobre los efectos de su política económica: no habrá crecimiento, ni creación de empleo, hasta al menos 2016, y el paro se situará en esa fecha en el entorno del 26% de la población activa. Esta constatación significa no solo la renuncia a combatir el desempleo, con 6.200.000 personas paradas, sino también la quiebra de la estrategia de fondo seguida hasta ahora por el gobierno, para enfrentar el tremendo desgaste provocado por el rechazo social a su política. Tal estrategia se basaba en la previsión de que en el 2014 saldríamos de la recesión y se empezaría a crear empleo, lo que permitiría al PP recuperar apoyo social y parte de la credibilidad perdida. Se trataba de aguantar el chaparrón de la calle e intentar recoger los frutos al final de la legislatura. La quiebra de esta estrategia debilita aún más al gobierno y pone en cuestión el ritmo y el calendario de las reformas pendientes. El propio Consejo de Ministros ha manifestado esta debilidad anunciando una serie de ejes de actuación en lugar de aprobar – como se temía – una nueva tanda de recortes. El PSOE se ha apresurado a proponer un gran pacto político y social para salir de la crisis, recogiendo la principal reivindicación de CCOO/ UGT y la Cumbre social ante este 1º de mayo : un gran acuerdo político y social por el empleo y el crecimiento.
Pero aunque el gobierno modifique sus previsiones económicas, module su discurso y se replantee previsiblemente los ritmos de aplicación de su política económica, mantendrá la esencia de la misma : la prioridad sigue siendo la reducción del déficit público. O para entendernos: reducción del gasto público social, desmantelamiento de los servicios públicos y de los sistemas de protección social, ”adelgazamiento” de las administraciones públicas y nuevas “ reformas estructurales “ contra el mundo del trabajo, así como la prioridad constitucional para el pago de los intereses de la deuda. El gobierno mantendrá su política económica, porque no es él quien decide. La función del gobierno Rajoy, es ejecutar en plazo – y sin trampear – el diseño presupuestario presentado y aprobado en Bruselas .En este contexto, son inútiles los requerimientos y llamadas al gobierno de los dirigentes de CCOO/ UGT, para que cambie su política y acuerde con los interlocutores sociales – , ellos mismos y la patronal – las líneas maestras de otra política económica, a cambio – cómo no – de la “ inevitable colaboración “ del mundo del trabajo en la salida de la crisis. De la misma manera, los emplazamientos de la CES a la troika comunitaria para que modere su política de austeridad e inicie aunque sea tímidamente una política de crecimiento caen uno tras otro en vacío. Tales llamamientos solo sirven para aportar legitimidad a un gobierno – el de Rajoy– y a unas instituciones europeas que la han perdido, como consecuencia de la movilización de millones de personas, en el Estado español y en el sur de Europa, contra los efectos de las políticas de austeridad capitalista. Pero el gobierno del PP no es solo el brazo político de la troika, también representa un proyecto de cambio social reaccionario. Muchos son los objetivos y los planes en cartera : eliminar el derecho al aborto, poner la educación bajo control de la iglesia, criminalizar la protesta social,... No es descartable que la pérdida absoluta de credibilidad en el terreno de la politica económica pueda traducirse en una ralentización de la austeridad y en una aceleración de las “reformas sociales” pendientes, que activen a su base social.
Los efectos de las llamadas “ reformas estructurales “ están siendo devastadores sobre el mundo del trabajo: la reforma laboral del 2012, pensada para devaluar los salarios – hasta un 25% -, sustituir empleo fijo por temporal, y trabajador@s con derechos y cultura de acción colectiva por jóvenes habituad@s a la precariedad, ha impuesto un nuevo marco de relaciones laborales y es el instrumento de la actual ofensiva patronal contra el empleo, los salarios y las condiciones de trabajo. En julio, finaliza la ultraactividad del 60% de los convenios, con la patronal esperando para lanzarse a negociar convenios de empresas, sin convenios provinciales, sectoriales o estatales de referencia, donde el sindicalismo amarillo, las candidaturas patronales y el miedo al paro facilitarán los objetivos: nuevas bajadas salariales y empeoramiento de condiciones de trabajo y empleo. Solo las empresas con organización sindical podrán resistir este nuevo asalto. Frente a esta ofensiva, cientos de luchas contra los cierres, los ERES y las bajadas salariales han sido expresión de la resistencia obrera : desde Roca a Iberia, pasando por Telefónica, las limpiezas y recogida de basura de numerosas ciudades, Telemadrid o el transporte público. Hasta ahora pocas se han saldado con victorias, porque no es posible frenar este vendaval empresa a empresa.
En los servicios públicos esenciales, las Mareas se han revelado como instrumentos eficaces de unidad en la acción, entre usuari@s y trabajador@s, para oponerse al desmantelamiento y privatización de los servicios públicos y son el germen de una nueva cultura de la movilización : podemos perder oponiéndonos a los recortes pero si los aceptamos estamos derrotad@s.
No es posible frenar la ofensiva patronal y el desmantelamiento de los servicios públicos empresa a empresa o sector a sector. No se evita el desmembramiento del actual sistema de negociación colectiva exigiendo a la patronal que cumpla el AENCII, de la misma forma que no se frena la destrucción de empleo firmando ERES, aceptando bajadas de salarios y el empeoramiento de condiciones de trabajo. Son el posibilismo y la orientación de aceptar recortes para salir de la crisis lo que ha colocado al sindicalismo mayoritario totalmente a la defensiva y con su credibilidad en mínimos. El sindicalismo de concertación se encuentra al final de un ciclo: preso de una orientación, – la salida negociada a la crisis – una estrategia, – el dialogo social – y una cultura de la movilización, - la huelga general que no consigue objetivos concretos, no sirve- de otra época, y aparece como una herramienta cada vez menos útil para enfrentar con éxito los retos actuales de la lucha de clases.
Derrotar la austeridad capitalista y frenar la ofensiva patronal exige otra orientación sindical: unificar los objetivos y la acción de l@s trabajador@s, también a nivel europeo, empezando por los países del sur de Europa. Popularizar y extender un conjunto de medidas y reivindicaciones de urgencia frente a la crisis, empezando por el rechazo al pago de la deuda ilegítima, prestación por desempleo para tod@s,.. Y apoyado en planes y calendarios de movilización sostenidos en el tiempo y planificados. Exige la alianza y colaboración entre el sindicalismo y los movimientos sociales y pasar de la movilización en la calle a la ocupación y la desobediencia. Y en este 1º de mayo, exigir la dimisión del gobierno, y preparar y sostener la movilización, apoyándose en el calendario que ya existe: 7 de mayo, comienzo de la huelga en la sanidad madrileña y consulta social por la sanidad, 9 de mayo huelga estatal en toda la enseñanza, 30 de Mayo, huelga general en Euskal Herria, 1 de junio, movilización europea a iniciativa de “ Que se lixe a troika y las Mareas Ciudadanas,” y 7 de junio semana de movilizaciones de la CES.
30 de abril de 2013
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