Las elecciones del 26 de
junio nos dejan un escenario en cuanto a posibilidad de formar
gobierno muy similar a las del 20 de diciembre. Las dos cuestiones
más llamativas de este nuevo escenario electoral son, por una parte
la recomposición del PP que aumenta 700.000 votos y 14 escaños
respecto a las pasadas elecciones; y por otra parte, tras las
expectativas de “sorpasso” generadas durante la campaña, un PSOE
que pierde 125.000 votos y 5 escaños pero que consigue mantener a
una distancia suficiente a Unidos Podemos que pierde 1.100.000 votos
y no consigue aumentar sus escaños.
El régimen sobrevive
al ciclo electoral
El miedo a unas terceras
elecciones ha movilizado el voto útil de los conservadores hacia el
PP. Además una parte de lxs votantes que confiaron en Ciudadanos,
tras el pacto de gobierno con el PSOE durante estos últimos meses,
han vuelto al Partido Popular. Este auge del ala conservadora del
Régimen responde más bien a una cuestión coyuntural, muy marcada
por los últimos seis meses de puesta en escena de las cuatro
organizaciones principales.
Por su parte, el PSOE
liderado por Pedro Sánchez, a pesar de seguir perdiendo votos y
escaños sale reforzado tras haber evitado el tan anunciado
“sorpasso”. Unidos Podemos ha acentuado aún más el acercamiento
al PSOE y el viraje hacia la derecha en términos políticos y
programáticos durante estas últimas elecciones. El hecho de que
Pablo Iglesias planteará abiertamente que “el enemigo es el PP y
no el PSOE”, que “Zapatero ha sido el mejor presidente de la
democracia” o Teresa Rodríguez declarando, pocos días antes del
26 de junio, que las bases de la OTAN de Rota y de Morón deberían
generar “trabajo y no solo ruido”, visibilizan que una parte del
electorado de Unidos Podemos ha preferido el PSOE original a la copia
o directamente han renunciado a votar, engrosando la abstención.
Por otra parte, Unidos
Podemos ha utilizado los “Ayuntamientos del cambio” como ejemplos
de su buena gestión de las instituciones. Hay que señalar que del
más de millón de votos pérdidos, 200.000 votos menos vienen de
seis de las ciudades llamadas “del cambio”, concretamente:
Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza, A Coruña y Valencia. Esto no
muestra un gran desgaste de Podemos en estas ciudades pero sí que
refleja que la gestión no es capaz de mantener una base votante
estable, no solo por los límites de estos Ayuntamientos en
cuestiones como el caso de los manteros o el enfrentamiento a lxs
trabajadorxs de TMB en Barcelona, sino que la hipótesis de gestión
tiene límites muy marcados a la hora de hacer políticas que
favorezcan verdaderamente a las clases populares.
Por último, no hay que
olvidar que Unidos Podemos ha defraudado a una buena parte de la masa
votante histórica de Izquierda Unida. El abandono de la crítica a
la OTAN ha tenido un peso específico, así como la presencia del
exJEMAD Julio Rodríguez, que finalmente no entra como diputado por
Almería (iba cabeza de lista), cuando en el 20D Podemos se quedó al
borde del segundo diputado por esta provincia. La gota que colmó el
vaso fue la prohibición de las banderas republicanas en los mítines
de UP, negando por tanto la reivindicación republicana.
Estas últimas elecciones
vuelven a demostrar que el desgaste del Régimen y del PSOE no vendrá
exclusivamente por la política institucional y mediática. La base
votante fiel al PSOE está muy arraigada en ciertas comunidades y su
desgaste vendrá por una agudización de la lucha de clases, de la
movilización y de las luchas que se vayan dando. Frente a los
sectores internos de Unidos Podemos que sitúan y simplifican el
problema en la coalición Podemos-IU o los que plantean que generar
una relación de fuerzas en las calles nos tiene que servir para
abordar la institución con más fuerza en las próximas elecciones
en unos pocos años, nosotrxs pensamos que la autoorganización de la
clase trabajadora y la juventud no tiene que ser un ariete para ganar
unas elecciones sino que esa autoorganización tiene una fuerza en sí
misma y se está demostrando de manera clara tras la lucha de más
tres meses que está protagonizando la clase trabajadora y la
juventud francesa. Las instituciones tienen que estar al servicio de
la lucha y la movilización y no al contrario.
La izquierda
revolucionaria y anticapitalista el 26 de junio
Desde Izquierda
Anticapitalista Revolucionaria IZAR hemos ntentado construir una
alternativa unitaria anticapitalista y de ruptura para estas
elecciones, lamentablemente las diferentes organizaciones que
interpelamos desde No Hay Tiempo Que Perder no compartieron esta
orientación. Decidimos así lanzar una candidatura como IZAR en las
provincias donde tuvimos posibilidades para ello.
IZAR ha tenido presencia
en estas elecciones en las ciudades de Almería, Granada y Málaga,
obteniendo casi 900 votos entre las tres provincias. Nuestro objetivo
en ningún momento se enmarcó en ganar una gran base votante sino en
entrar en la discusión del 26 de junio con una candidatura que
defendiera un programa de ruptura en un contexto de auge de las
alternativas reformistas. En efecto, esta candidatura ha sido útil
para entrar en esa discusión y poder plantear nuestro discurso y
nuestro programa también en el escenario electoral.
Nos lanzamos a la campaña
con el lema: “sus pactos para que no cambie nada, la lucha para
cambiarlo todo” y consideramos que sigue siendo un lema acertado,
no solo después del escenario electoral sino también durante la
propia campaña. Consideramos aún más acertado este lema y más
idónea la campaña que hemos llevado a cabo después de que Pablo
Iglesias haya dicho “esa idiotez que decíamos cuando éramos de
extrema izquierda de que las cosas se cambian en la calle y no en las
instituciones es mentira”.
En ese sentido, la
candidatura nos ha servido para aprovechar el hecho de que durante el
periodo de campaña amplios sectores de la población está mucho más
atenta a la política y eso permite entrar a debatir con sectores
muchos más amplios. A su vez, el auge de la lucha en Francia ha sido
uno de los ejes centrales de nuestra campaña como un buen ejemplo de
que la clase trabajadora y la juventud autoorganizada sigue viva y
está dispuesta a luchar por mejorar sus condiciones de vida.
Gobierne quien gobierne
después del verano, lo que está claro es que nos esperan políticas
de recortes al servicio de la troika y de los capitalistas del estado
español. Los numerosos anuncios hechos por parte de las
instituciones europeas no dejan lugar a dudas: el próximo gobierno
tendrá como encargo aplicar políticas en contra de la clase
trabajadora y de la juventud. Por nuestra parte, hacemos desde ya un
llamamiento a todas las fuerzas políticas, sociales y sindicales a
construir una fuerte movilización que nos permita enfrentarnos a
dichas políticas.
La unidad de acción es
en ese sentido un elemento esencial para deshacer en la calle, lo que
el próximo gobierno pretenda hacer mediante las instituciones. La
única oposición viable y útil para defender nuestras condiciones
de vida sigue siendo la oposición en la calle, en los centros de
estudio y de trabajo mediante la movilización y las huelgas.
Probablemente siga la movilización en septiembre en Francia. No
sería una mala idea sumarnos desde el estado español a dicha cita.
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