lunes, 1 de julio de 2013

Grecia: ¿Un error político decisivo?


A. Sartzekis ׀ Viento Sur

Estos últimos meses han estado marcados por un indudable reflujo de las movilizaciones nacionales: como causa, el desánimo creciente puesto que todas las luchas desde hace 4 años se enfrentan a un muro de desprecio y de represión, que se vuelve por otra parte una constante europea. Pero también debido a la negativa de la burocracia sindical a lanzar movimientos que pudieran escapársele de las manos.

Y esto vale tanto para las corrientes sindicales que emanan de los tres partidos en el gobierno (en Grecia, no hay tendencias sindicales sino fracciones que representan directamente a los partidos), como para las del KKE o de Syriza (el primero se ha negado a convocar la reciente huelga de enseñantes, el segundo ha traicionada su voluntad mayoritaria en favor de la huelga). De ahí la inmensa esperanza que ha surgido con la magnífica movilización de los trabajadores del organismo de radio televisión pública ERT, no amenazados con el despido sino directamente despedidos de la noche a la mañana del siniestro martes 11 de junio por el no menos siniestro portavoz del gobierno, Kedikoglu.


El error de Samarás

A la cabeza de los sondeos, el Primer Ministro ha creído poder imponer a ERT una factura que le era demandada por la UE: atacar el pretendido exceso de funcionarios. Se sabe ahora que la UE, una de las componentes de la troika, exigía desde 2011 una reducción, incluso una liquidación, de varios organismos públicos, entre ellos la ERT. Samarás ha querido por tanto satisfacer las demandas de la troika, de visita de control en Atenas, y mostrar que es un primer ministro con mano dura.

Pero lo que no preveía era la ola de protestas y de rechazo que su acto, con formas de golpe de estado, iba a provocar: desde el martes 11 de junio, el personal de ERT ocupa la sede central y decenas de miles de personas han ido a apoyarles, con organización de conciertos y actos populares. Una huelga general de 24 horas ha tenido lugar el jueves, al no haber podido escaquearse esta vez las dos confederaciones y federaciones del sector público. En todo el país la población da a conocer su rechazo (65% según un sondeo), y los despedidos aseguran un programa durante las 24 horas por otros canales solidarios, que el gobierno intenta interferir.

Esta ola de fondo tiene ya consecuencias políticas importantes. En primer lugar una crisis gubernamental: el Pasok y Dimar (7 y 4,5% en un sondeo esta semana), miembros de la “troika interna” intentan tomar aliento, rechazando el acto de Samarás, que se encuentra aislado... con el único apoyo de los nazis de Amanecer Dorado Se observa también una evolución en los sondeos: Syriza va en cabeza con el 29%, la derecha tiene un 26,5%. Los nazis permanecen sin embargo con el 14% en un sondeo, con el 9% en otro que da también el 1,5% a Antarsya. Pero lo más importante es el hecho de que esta movilización ha forzado a toda la izquierda a reunirse en el mismo lugar, al contrario de las prácticas de división habituales. Lo que hay en juego está claro para todos: si los trabajadores y trabajadoras de ERT ganaran, ¡sería la primera victoria de una movilización central desde el comienzo de los memorándums!

Otro punto importante: la poderosa solidaridad internacional, y en particular europea (sindicatos, partidos, asociaciones profesionales) es vista como muy útil.

¿Hacia la dimisión del gobierno?

Además de la pantalla negra del martes, hay que recordar que en algunos meses, la troika interna ha procedido a tres medidas judiciales contra los huelguistas, quitando por tanto ese derecho fundamental al personal del metro y luego a marinos y profesores. Al mismo tiempo, los nazis gozan de una impunidad inquietante para sus crímenes, el último de los cuales es el de un diputado que proclama sin vergüenza en la asamblea su negacionismo del genocidio de los judíos. Ya sea con el tema del derecho a la huelga o contra los nazis, se puede esperar que la movilización popular en favor de ERT siga adelante, además con el apoyo unido de los artistas y de los intelectuales, para lanzar una contraofensiva democrática que se ha vuelto urgente y central.

Si Samarás mantiene el apoyo de los grandes tiburones privados del sector audiovisual, si va a querer romper esta ola de solidaridad, está claro al mismo tiempo que la actual movilización puede desembocar muy rápidamente en una cuestión concreta: la dimisión del gobierno. Se plantea por tanto muy concretamente la cuestión del gobierno que podría ser puesto en pie para comenzar a tomar las medidas antiausteridad: en este terreno, la ausencia de respuesta clara y masivamente creíble pesa y debilita las luchas, cualquiera que sea su fuerza. La movilización de apoyo a ERT podría hacer que se aceleraran las clarificaciones sobre una salida política.

La anulación por la justicia del decreto gubernamental sobre ERT es una primera victoria. La movilización debe continuar.

19/06/2013

http://www.npa2009.org/node/37782

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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