Una de las imágenes del encuentro |
El sábado 14 de junio se celebró en Madrid un encuentro de Podemos, que debía servir para sentar las bases de la organización de la Asamblea Ciudadana que tendrá lugar en otoño.
Esta asamblea concluirá un proceso constituyente en el cual se decidirá qué es Podemos y cómo se organiza. Al acto acudieron cientos de personas, muchas de ellas desplazadas de fuera de la capital representando a sus círculos. Fue un éxito de participación que viene a sumarse a tantos otros cosechados hasta ahora por el proyecto.
Sin embargo, las sesiones más importantes desde la óptica del debate político evidenciaron algunas diferencias en el seno de la organización. La discusión en torno a si la asamblea de otoño debía ser abierta o funcionar mediante un sistema de portavoces, centró gran parte del espacio dedicado a las propuestas para la asamblea. Estas diferencias tratan en realidad del papel que los círculos deben jugar en la organización y de su peso específico a la hora de tomar decisiones. La gente más próxima a Pablo Iglesias y al grupo promotor defiende una organización que base su forma de tomar decisiones en las nuevas herramientas informáticas. Votar por internet para que vote toda la ciudadanía.
Este método, fundamental para entender el éxito de Podemos, plantea ciertas dudas. La primera surge de la forma como se ha realizado la elección del equipo de 25 personas que pilotará la preparación de la asamblea. La propuesta precipitada de una lista cerrada, despertó la crítica de mucha gente en los círculos, y el resultado de la votación, 48 mil votos frente a los 5 mil de una lista presentada por el círculo de Enfermería con personas completamente desconocidas para la mayoría, muestra que el impacto que tiene cualquier propuesta avalada por Pablo Iglesias tiene garantizado el éxito en ese terreno. Una propuesta que obtenga muchos votos no es democrática si el proceso desarrollado antes de la votación no lo ha sido.
Por otro lado, queda abierta una cuestión importante: ¿quién decide qué se somete a votación abierta y qué no? No hay duda de que el día a día de una organización de masas, lo que ya es Podemos, implica multitud de decisiones técnicas, estratégicas, tácticas y políticas que no podrán ser sometidas a votación mediante internet.
Pero hay cuestiones políticas de fondo a tener en cuenta, ya que el debate internet o portavoces es en realidad un falso debate que esconde otros que no se han tenido aún y que son fundamentales.
Desde un punto de vista puramente electoralista, no hay duda que la propuesta lanzada por Pablo Iglesias y su equipo es sencillamente magistral, y da al traste con lo peor de la vieja forma de hacer política. En este sentido, la idea de una democracia abierta e inclusiva que tenga en cuenta no sólo a los militantes sino a la ciudadanía, mediante nuevas formas de participación, es fundamental y debe ser defendida y desarrollada si queremos impulsar un verdadero cambio en las instituciones políticas.
Sin embargo, el propio Pablo Iglesias ha subrayado muchas veces la necesidad de que Podemos sirva para que la gente se empodere. Es muy difícil imaginar cómo alguien se puede empoderar participando en votaciones por internet. La gente se empodera cuando acude a una asamblea, toma partido, se moviliza, tiene debates políticos y estratégicos, en resumen, la gente se empodera en los círculos. ¿Pero qué papel juegan los círculos y la gente empoderada en los círculos en una organización donde la toma de decisiones recae en la ciudadanía en su conjunto?
Para plantear una respuesta hay que apelar a otro debate fundamental. Es el debate sobre cómo se puede implementar el programa de Podemos, o dicho de otro modo, cómo se puede impulsar una verdadera transformación social.
La “casta”, concepto que ha conectado de forma obvia con la gente, no se refiere únicamente a los políticos. Se refiere a los jueces, los empresarios, los banqueros, los grandes medios de comunicación y los burócratas sindicales. Ganar las elecciones puede ser un paso importantísimo, pero con ello sólo conseguiremos ocupar una parcela del poder. No hay duda de que un hipotético gobierno de Podemos despertaría una oposición feroz por parte del resto de sectores de la “casta”. La única manera de hacerles frente será la movilización desde abajo, y para impulsarla, los círculos son fundamentales.
Tampoco se puede entender el éxito de Podemos sin el ciclo de movilizaciones en curso, en el que destacan propuestas que se han generalizado en todo el estado mostrando su potencial, tanto por su coherencia y radicalidad como por su carácter masivo, es el caso de la PAH, las Mareas o las Marchas de la Dignidad, propuestas tan al margen de la vieja forma de hacer política como Podemos. Mucha de la gente involucrada en estos y otros espacios de movilización social está ahora participando en los círculos. Pero la relación entre Podemos y la movilización social debe ser recíproca. Podemos debe ser capaz de impulsar y fortalecer este tipo de movilizaciones, mediante una estructura organizativa en la que los círculos se coordinen territorialmente, una democracia desde abajo que constituya una herramienta de movilización de masas.
El éxito definitivo de Podemos, el cambio político a favor de la mayoría de la gente, depende de que se desarrollen ambas propuestas; la nueva democracia abierta e inclusiva y una organización desde abajo de los círculos que asuma un papel destacado en la toma de decisiones; la lucha en el terreno electoral y la movilización social, ambas complementándose y fortaleciéndose.
Manel BF es activista del Círculo Podemos de Majadahonda y miembro de En lucha
Fuente: www.enlucha.org
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