Este jueves 15 de agosto, nos dejo nuestro gran amigo Gervasio Puerta, que mantenía una disputada lucha con su salud desde enero de 2012.
Sorprende que a la mañana siguiente no aparezca ninguna reseña en ningún “mass media”; pago típico en un país que no tiene memoria, perdón, un país que borra y niega su pasado.
Presidente de la Asociación de ex Presos y Represaliados Políticos Antifranquistas, durante más de 20 años, y en la actualidad, por temas de salud era el Presidente de honor, asociación donde se agrupan desde 1965 gran parte de los supervivientes de la represión política de la dictadura.
Nacido el 2 de junio de 1921 en Milagros, Burgos. Se alistó con 15 años recién cumplidos para defender a la República en julio de 1936 y, tras la victoria de Franco en 1939, fue voluntario en el Ejército francés frente a las tropas de ocupación hitlerianas. Fue recluido en el campo de Argelés-sur Mer, regresó a España donde fue detenido por la Policía Político y Social de la dictadura y encarcelado entre 1946 a 1950, y una vez más en 1961 hasta 1965 recorriendo las cárceles de Sevilla, Carabanchel y Burgos.
La gran mayoría de los que componemos LQSomos, conocimos a Gervasio en el 2003 en unas Jornadas del Maquis en Santa Cruz de Moya, acto que le encantaba y que no quería perderse nunca… y desde entonces nos hicimos compañeros de camino, pudimos compartir con él Jornadas, Homenajes, Actos… porque hasta enero de este 2013, Gervasio tenía una vitalidad desbordante para su edad, una conversación que cortejaba siempre y miles de historias que tuvimos la suerte de que compartiera con nosotros, como en esas estancias en su casa de El Arenal, en Ávila, que con la excusa de ir a recoger cerezas y la promesa, siempre cumplida, de hacernos una gran barbacoa, huíamos del estío madrileño y allí, alrededor de la mesa en su jardín, corrían las historias vividas, las discusiones políticas y las diferencias, que las poseíamos y compartíamos.
Recuerdos que prometemos no olvidar, tenemos muchas horas de vídeo, que aceleraremos en sacar ahora a la luz y tenemos muchas ganas de contar y hablar de ti.
Pero ahora, queremos compartir nuestro adiós y dedicarte un “somos”, y sobre todo arropar en estos momentos con un fuerte abrazo a Mari, tú compañera inseparable, un fuerte beso.
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