Nuevo de Hospital de Burgos S.A |
Como enfermo crónico que sospecha que, detrás de la pretensión de retirarle el tratamiento hospitalario, se esconden motivos económicos, quiero manifestar que:
Si quieres enterarte de lo que ocurre en el Hospital Universitario de Burgos, y ni trabajas en la sanidad, ni mantienes contacto con los sindicatos, más vale que te preocupes por preguntar a los entendidos.
Él siempre responde preocupado, la experiencia grabada en la frente; el amor es la vida, repite, hay que seguir adelante a pesar de que las cosas pinten oscuras, joder. ¿El Hospital? Por fin l@s médicos se han cerciorado de que les afecta de forma directa, tienen que cuadrar balances ¿Entiendes? Cuando has dicho que quieren quitarte el tratamiento, no me ha extrañado. Si conociera más el caso, podría decirte. Pero se fijan, sobre todo, en los tratamientos prolongados, curiosamente los más afectados son los enfermos crónicos y de cáncer; son tratamientos costosos. ¡Cómo pueden atender a la rentabilidad económica, cuando se trata de la vida de las personas!
La información concerniente al Hospital Universitario de Burgos se manipula y oculta: los efectos que han tenido los recortes y el cierre de plantas, la privatización de decenas de servicios y los cambios en materia laboral, pasando por los problemas que han detectado l@s trabajador@s, la saturación de las listas o la problemática de los enfermos; algunos han visto (o adivinado) como le negaban una operación necesaria porque, en el fondo, la rentabilidad de operar a alguien que contaba 80 primaveras era nula, y las estancias largas en el hospital tampoco ayudaban a cuadrar el balance. Luego le traen los papeles del alta, descuide.
Que ha aumentado la tasa de mortalidad respecto al antiguo hospital; un rumor a voces (1), los recortes y las privatizaciones de los servicios inciden de forma directa en nuestras vidas; igual de patente está que no se pueden decir ciertas cosas, eso quieren. El asunto de las facturas y de la financiación está presente (2); esperemos que algún día se conozca la verdad, hoy soterrada y dependiente de intereses económicos. Los culpables, quienes se enriquecen a costa de nuestra salud, tienen nombres y apellidos.
¿Quién nos puede contar lo que ocurre en el Hospital de Burgos? De todos los sindicatos sólo merece la pena referirse a la lucha que, en materia laboral, ha desarrollado la CGT aún habiéndose encontrado con continuas trabas y oscurantismo por parte de las entidades gestoras.
En lo referente a la movilización, lamentaremos la falta de una respuesta, coordinada y contundente, ante la destrucción de la sanidad pública; en nuestra ciudad luchan la marea verde o la PAH; en este caso, el color blanco se echa de menos. Iniciativas como la plataforma Sanidad Pública Sí, capitalizada por el PSOE y la UGT, demuestran que no hemos sabido enfocar el problema. Si el PSOE, impulsor de la Ley 15/1997, norma que permite la privatización de la gestión de la sanidad pública, un partido que recorta, y cuando gobierna, desarrolla un programa neoliberal, capitaliza la defensa de nuestra sanidad, pues vamos apañad@s. Dicha plataforma ha fijado entre sus objetivos principales la socialización de información referente al hospital, difundiendo noticias y fotografías sobre los fallos de ejecución o el mal estado de las instalaciones. Agradeciendo el citado trabado, parece claro que no constituye una herramienta útil.
Los enfermos podemos acudir a asociaciones, específicas para cada dolencia, para compartir la situación personal y recoger información sobre los efectos secundarios de los tratamientos, cierto “apoyo psicológico”, entre otros. Pero la información referente a nuestra sanidad, a cómo nos afectan los recortes, se pierde.
La prensa, y en especial el Diario de Burgos, se niega a desvelar la verdadera situación del hospital, y esta ocultación se entiende en que la UTE encargada de la edificación, el equipamiento y la gestión de los servicios privatizados, formada, entre otras empresas, por: Río Vena, Arranz Acinas, Aragón Izquierdo, Caja de Burgos y Caja Círculo, guarda una estrecha vinculación con grupos como PROMECAL, propiedad del constructor y mafioso chusquero, Méndez Pozo, y con toda la trama urbanística que ha desperdigado la ciudad de esqueletos hormigonados y acampadas en la nieve.
Calle Vitoria, a la altura de Caja Laboral. Los copos se derriten en la piel como islas gélidas. Las siluetas verdes de los semáforos, confundidas por los frenazos grises. Cuando se pone rojo es el momento de despegar. Él ha traído un termo de café, pancartas que ha clavado a unas maderas, y espera noticias. ¿Crees que lo conseguiremos? ¡Sí se puede! Lo que pasa es que no quieren negociar. ¿Qué me habías preguntado? Lo que no entiende la gente es que, el expolio que están llevando a cabo los mafiosos, toda la red que engloba a las constructoras y cajas de ahorros, ahora reconvertidas en bancos, repercute en todo esto que hemos ido hablando tú y yo, en que se nieguen a operar, por ejemplo. Y l@s trabajador@s, desmovilizados y sin ánimos, que asisten impotentes que a toda esta devastación. Para que lo entiendas, es como un flujo, una transferencia; los nuevos ricos, que provienen del expolio del sector público. ¿Y qué podemos hacer nosotr@s? Pues luchar, joder, defender lo que es nuestro.
NOTAS:
1. Llevamos tiempo y tiempo, esperando que se publiquen los datos. Si se ocultan, cabe suponer que “no dejan en buen lugar” a las empresas y entidades gestoras.
2. Con el asunto de las facturas me refiero a las estafas que realizan los gestores de ciertos servicios privatizados. Pero este asunto aún no ha sido demostrado con pruebas documentales (aunque las hay, no han sido publicadas).
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